Los gobiernos de Alberto Fernandez y de Gabriel Boric se cruzaron por un latente conflicto limítrofe, que está lejos de resolverse aunque los gobiernos de ambos países lo venían conversando.
El subsecretario de Asuntos Latinoamericanos de la Cancillería, Gabriel Fuks presentó una nota de protesta (la SUALA 35/2023) el jueves pasado ante la embajadora chilena en Buenos Aires, Bárbara Figueroa, contra el nuevo mapa del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada trasandina, que marca espacios marítimos al sur de Tierra del Fuego como propios. Pero Argentina los considera parte integral de su plataforma continental.
Desde el gobierno fueguino de Gustavo Melella habían rechazado el viernes la nueva presentación chilena, y este lunes se hizo eco también el senador fueguino y ex candidato a gobernador con Juntos por el Cambio Pablo Blanco.
El conflicto, que se estaba cocinando en Chile desde 2009 y que ninguno de sus gobiernos resolvía, estalló el 23 de agosto de 2021 cuando el ex presidente Sebastián Piñera hizo publicar en el Boletín Oficial de ese país el Decreto 95 relativo a espacios marítimos chilenos.
Y dijo que su gobierno iba a reclamar ante las Naciones Unidas la soberanía en un territorio de 5.000 kilómetros cuadrados, conocido como la medialuna al sur de Tierra del Fuego. Argentina lo incluye en su propia plataforma y sostiene que es un sector del espacio marítimo que forma parte del Patrimonio Común de la Humanidad de conformidad con la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CONVEMAR).
Cortocircuitos en medio de la pandemia
Chile actúo despues de varios cortocircuitos políticos y sanitarios con Fernández durante la pandemia del coronavirus. Y luego de que rechazaran el nuevo mapa de Argentina con su plataforma continental extendida y hecha ley por Alberto Fernández en 2020.
El mapa argentino delimitó como propias -aunque la demarcación tiene un tono diferente al resto- las zonas en disputa con el Reino Unido en las islas Malvinas, Sandwich del Sur y Georgias del Sur, más el territorio de la Antártida que también disputa con Chile, además de la medialuna.
Cuando Piñera hizo público su decreto, que venía a su vez del enojo con Argentina por su mapa, no solo hubo fuertes protestas del gobierno de Fernández contra el gobierno trasandino -lo acusaban de “vocación expansiva”– sino que en plena cuarentena la tensión llegó a los respectivos congresos que respaldaron a sus gobiernos.
El decreto de Piñera del 23 de agosto fijó la plataforma chilena a partir de las 200 millas náuticas desde las islas Diego Ramírez, al sur del Cabo de Hornos.
En ese sentido, al repudiar el mapa chileno actual, el senador Blanco dijo que «se superpone en 200 millas marinas por sobre la línea fronteriza que Argentina considera como propia» de acuerdo con lo dispuesto por la Comisión del Limite Exterior de la Plataforma Continental de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Mar de las Naciones Unidas
«Debo destacar que es una atribución de este Congreso de acuerdo al art. 75 de nuestra Constitución Nacional, fijar los límites del territorio Argentino, es por ello que ante la publicación de éste mapa por parte del gobierno Chileno es imperioso sentar posición expresando repudio por medio de este proyecto», agregó.
El gobierno de Boric insiste con el reclamo
Ahora, después de varios traspiés internos, el gobierno de Boric está dispuesto a darle continuidad a esta cuestión de la plataforma continental porque, según supo Clarín, el avance de la Armada con su mapa es el primer paso de otras medidas.
En Chile hubo pases de factura a los dos gobiernos de Michelle Bachelet, a los dos de Piñera, y a la Armada de ese país por no haber activado las alarmas cuando en 2009 Argentina avanzó en la presentación de sus nuevos mapas ante la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLPC), con una demarcación del límite de la plataforma continental argentina que a su vez guardaba conformidad con las normas de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y el Tratado de Paz y Amistad de 1984.
El hilo de la protesta que ahora presentó Fuks -el canciller Santiago Cafiero se encuentra de viaje oficial en Japón y Corea del Sur-, se debe a la decisión del ūltimo 14 de agosto de la Dirección Nacional de Fronteras y Límites del Estado (DIFROL), que autorizó la circulación del “Gráfico Ilustrativo de los Espacios Marítimos de Jurisdicción Chilena”, documento que fue elaborado por el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA).
“Este registro representa el Mar Territorial, la Zona Contigua, la Zona Económica Exclusiva, la Plataforma Continental y el Límite exterior de la Plataforma Continental, lo que permitirá visualizar en un producto único, todos los espacios marítimos de jurisdicción para fines académicos, técnicos y/o jurídicos, de modo que se pueda conocer en su totalidad el territorio nacional y sus proyecciones asociadas”, señala la Armada trasandina, que tal como se ve en las ilustraciones aquí incluyen zonas en disputa con Argentina.
Ahora, si bien para la Cancillería el gráfico/mapa de la Armada vecina “no se refiere a una cuestión novedosa” es una controversia en la que “la pretensión chilena ha sido rechazada categóricamente por la Argentina en reiteradas oportunidades tanto en el plano bilateral como el multilateral mediante correspondencia diplomática dirigida al Secretario General de las Naciones Unidas y al Secretario General de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos«. La nota argentina remite a un comunicado del 28 de agosto de 2021.
Argentina pudo a partir de 2009 pedir la extensión de su plataforma continental hasta las 350 millas en las que podía demostrarlo. «La plataforma continental comprende el lecho y subsuelo de las áreas submarinas que se extienden más allá de su mar territorial y a todo lo largo de la prolongación natural de su territorio. En ella hay derechos de soberanía y por lo tanto de exploración y explotación de sus recursos naturales.
Argentina y Chile tienen otras controversias limítrofes pendientes como el caso de los Hielos Continentales y el territorio antártico superpuesto con el Reino Unido.