Taiwán, conocida también como la República de China, China nacionalista, o capitalista, China libre, la Isla de Formosa o Taipei China, es un país situado en el extremo oriente del continente asiático, justo en frente de lo que ellos llaman la “China Continental”, o República Popular China, como es comúnmente conocida por nosotros (también antaño denominada China Comunista, o China roja).
Tiene una extensión aproximada de 36.191 km2: un 20 % más extensa que la provincia argentina de Misiones (que abarca casi 30.000 km2); la cual, después de Tucumán (22.000 km2) es la de menor extensión en este país sudamericano. Con esta superficie, Taiwán ocupa el lugar número 139 en la comparativa de todos los países del mundo.
La isla más importante del archipiélago que conforma Taiwán, es denominada, desde 1546, “Ilha Formosa” por los navegantes portugueses, que fueron los europeos que la divisaron por primera vez, mide aproximadamente 400 km en su máxima extensión, de Norte a Sur y casi 150 km. (casi la distancia entre San Miguel de Tucumán y Santiago del Estero), de Este a Oeste, en su punto máximo.
Su nombre deriva del latín “Formosus”; que en las lenguas íberas (castellano y gallego-portugués) del medioevo y del renacimiento, degeneró en “Formosa”; y que significa: “Hermosa”.
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Taiwán cuenta actualmente con más de 23.000.000 habitantes; casi la mitad de los pobladores de toda la Argentina. Paradójicamente, los mismos residen en la superficie equivalente a una de las provincias de menor extensión (casi 46.000.000).
Taiwán tiene una forma de gobierno de república democrática con un sistema unitario. Su fiesta nacional es del 10 de Octubre; que conmemora el establecimiento de la república China, en Nanjing, en 1912; cuando revolucionarios nacionalistas derrocaron al último emperador chino, de la dinastía Qing, Puyi, de sólo seis años de edad. Así, China se convirtió en la primera república de Asia.
Al día de hoy, muchos taiwaneses reivindican su pasado, como herederos del Imperio Celeste, y continuadores de esa gesta republicana. Tal es así, que Taiwán mantiene la bandera que adoptaron los nacionalistas chinos, desde 1924: un recuadro azul en el cuadrante superior izquierdo, con un sol blanco. El resto de la bandera exhibe un fondo rojo.
De esta manera, la China nacionalista continúa la tradición tricolor adoptada por la mayoría de los países del mundo, para sus insignias. El azul representa el cielo, el blanco el color del sol (a diferencia de los pueblos andinos, donde el disco solar luce amarillo), y el rojo representa la tierra.
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Se encuentran sometidas a control taiwanés más de un centenar de islas menores que rodean a Formosa. Las más famosas son: las islas de los Pescadores (Penghu), la de la Orquídea, la Isla Verde, el archipiélago de Kinmen (Quemoy), etc.
Estas últimas islas son particularmente curiosas; toda vez que se encuentran a menos de 6 km de la China Continental; cuya costa se puede apreciar a simple vista. Actualmente Kinmen se encuentra conectado vía aérea con Taiwán, y mediante ferry con Xiamen (China Continental).
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Taiwán no solamente mantiene disputas territoriales con la China comunista. También se superponen reclamos cruzados con sus demás vecinos. Hay islotes al Norte, en poder de Corea del Sur (el peñón Suyan) o del Japón (Islas Senkaku), que son reclamados, también, por ambas Chinas. En el Sudoeste (Mar de la China Meridional), varios archipiélagos son disputados entre las dos Chinas y Vietnam. Más al Sur, las islas Spratly son reclamadas por las Chinas, Vietnam, Malasia y Filipinas.
Una importante cordillera atraviesa, de Norte a Sur, la isla de Formosa; recostada, básicamente sobre su costa oriental. Su pico máximo (Xiuguluan) alcanza los 3.860 m. La misma dificulta notablemente las comunicaciones entre todas las localidades de la isla. Tal es así, que antaño, llevaba varios días circunvalar toda la isla. Actualmente, la instalación de un moderno tren de alta velocidad, conecta la mayoría de las localidades, de Norte a Sur, en pocas horas. El resto de las ciudades y pueblos se comunica con el tren convencional. Hay una importante infraestructura de autopistas, carreteras, ciclovías, senderos y caminos que conectan todos los poblados.
Hay seis importantes municipios en la isla de Formosa. Siendo la capital, Taipei, el más importante. Se divide en el viejo Taipei y el nuevo Taipei; que es donde se instalan, preferentemente, los jóvenes, atento a que el costo de las viviendas y alquileres es mucho más accesible. Hoy, prácticamente, conforman una única e importante urbe de más de 8.500.000 habitantes; más de la tercera parte de los pobladores de todo el país.
Su ave nacional es un bonito pájaro, de larga cola, denominado Pica-Pica o Urraca Azul de Taiwán.
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Investigaciones arqueológicas han arrojado que los primeros habitantes de Taiwán fueron grupos austronesios, originarios de Oceanía (Australia y la Polinesia). Con posterioridad, recibieron el aporte de pueblos Han, provenientes de China. Hoy, más del 95% de los taiwaneses se reivindican como descendientes de estas últimas tribus.
En 1949, después de la guerra civil china, y de la derrota de las fuerzas nacionalistas, al mando del Generalísimo Chiang Kai Shek, más de 1.200.000 soldados, ex funcionarios, profesionales, docentes y ciudadanos huyeron de la China comunista y se refugiaron en Taiwán, cruzando el estrecho.
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En los últimos años, el país recibió más de 570.000 inmigrantes, procedentes en su gran mayoría de sus vecinos del sudeste asiático, atraídos por las mayores posibilidades de trabajo, y estudio, así como por sus mejores ingresos. La mayoría arriba, paradójicamente, de la República Popular China (un 62,25%); y en menor grado, proceden de Indonesia, Vietnam, Filipinas y Tailandia.
Otro aspecto relevante en Taiwán es su baja tasa de natalidad; acomodándose a lo que es norma en los principales países occidentales. La misma ha caído hasta 0,89 (hijos por mujer), en el 2022; una de las más bajas del mundo, por debajo de otros países, como España (1,37) o Japón (1,26). Este dato ha despertado las alarmas en las autoridades.
Las razones de esta tendencia se explican por los altos costos de vida, el insuficiente apoyo a las madres potenciales en los ámbitos laborales; así como algunos factores que afectan específicamente a los jóvenes en edad de procrear: mejoras y más exigencias en la educación, las carreras personales de los eventuales padres, los cambios sociales y culturales de la época, donde se posterga o cancela decidir sobre la llegada de los hijos, cambios estructurales a nivel familiar, etc. Otros factores también tienen influencia, como ser la superstición y la influencia marcada que tiene el horóscopo chino en las relaciones. Aún hay familias o personas que deciden sus vínculos afectivos y de pareja en función de las compatibilidades de signos del horóscopo chino. Ello reduce, en gran medida, la posibilidad de formar parejas.
El autor enviará, próximamente, una serie de artículos sobre Taiwán, recabados durante su visita a ese país asiático, donde se encuentra realizando una beca de estudios.