El inicio del ciclo lectivo 2025 significa también que los estudiantes que empiezan su último año del secundario se preparan para el festejo del «Último Primer Día» (UPD). Desde la Municipalidad informaron sobre los operativos que se realizarán en todos los establecimientos educativos y advirtieron por controles preventivos durante la noche.
El ritual del UPD se popularizó en los últimos años como un evento en el que los adolescentes se reúnen la noche anterior al inicio de su último año escolar. Sin embargo, esta celebración se caracteriza por el consumo de alcohol, causando la necesidad de que desde los colegios y áreas del gobierno busquen concientizar a las familias y estudiantes sobre los peligros que conlleva el consumo.
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Ezequiel Hormaeche, titular del Ente de Fiscalización y Control dialogó con PERFIL CÓRDOBA sobre el protocolo planificado en conjunto con el ministerio de Educación y el ministerio de Seguridad. «Nosotros acompañamos la diversión segura, la fomentamos y la queremos. Acompañamos en la legalidad, y somos cada vez más inflexibles con la ilegalidad», comentó.
El plan diseñado para el primer día de clases consistió, en un primer momento, en una fase comunicativa donde la Municipalidad publicó los lugares habilitados para realizar eventos, publicitó una campaña de concientización y difundió a los colegios un manual preventivo. Además, se mostraron las consecuencias punitivas en caso de que se descubran eventos clandestinos en domicilios particulares que vendan entradas y provoquen ruidos molestos: «van a tener una sanción de la Justicia de faltas con las actas pertinentes».
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En una siguiente fase operativa, móviles de la Guardia Urbana y del Ente de Fiscalización y Control circularán por las calles para la detección de los fiestas clandestinas y para evitar situaciones de consumo o peleas en la vía pública. Agentes de estas instituciones también estarán presentes en las cercanías de 80 de los colegios más convocantes, a modo de disuasión y prevención para que los estudiantes no incurran en conductas inapropiadas.
Por último, desde el ministerio de Educación instaron a los colegios a que, en caso de un estudiante llegue en un estado de intoxicación, no se lo deje ir solo. La propuesta sería que los colegios puedan contener a los jóvenes para prevenir situaciones que puedan dañar su integridad o la de terceros: «Muchos colegios, por ejemplo, van a hacer que el alumno vaya a desayunar o los van a estar esperando los padres, para darles algún tipo de compromiso mayor a llegar a un estado correcto».
La importancia del diálogo para llegar a los adolescentes
«La preocupación central se centra en que ese festejo se focalice en el consumo de alcohol», dijo a PERFIL la directora de Políticas Sociales en Adicciones, Soledad Fuentes Gutiérrez. Sin embargo, explicó que una actitud prohibicionista no suele ser el mejor camino para llegar a los adolescentes, quienes buscan directamente evitar cualquier conversación sobre el tema.
Gutiérrez comentó sobre cómo la naturalización del alcohol en las celebraciones de los adultos, ya sea en una fecha festiva o una juntada familiar, influye en las decisiones de los jóvenes. Es por esto que la directora consideró que estas fechas son una oportunidad «para poder pensar junto con ellos una manera saludable y una práctica de cuidado ante este festejo».
La importancia radicaría en poder generar un diálogo con los adolescentes desde las familias y las instituciones: «A veces solamente aparece el no, o cierta situación de prohibicionismo, pero no brindamos o no ampliamos información de por qué o cuáles son las situaciones de riesgo que se pueden desencadenar». Además, Gutiérrez comentó que también buscan generar estrategias para que entre los mismos jóvenes se puedan acompañar, que reconozcan los riesgos y acciones de cuidado.