Para el Gobierno, las buenas noticias no llegan solamente desde el mundo de las finanzas y el mercado cambiario. Las últimas dos semanas fueron de las mejores, a la hora de hablar de los precios de los alimentos, según las consultoras que miden la inflación semanal.
LCG, por caso, testeó que los precios de los alimentos no registraron variaciones durante la primera semana de noviembre. En la última del mes pasado se habían movido tan sólo el 0,1% en promedio.
Si no fuera por los lácteos, que durante la última semana se encarecieron 4,6%, es probable que el movimiento de los precios de los alimentos fuera negativo. El resto de los rubros registró estabilidad o directamente deflación de precios.
Esta tendencia a la estabilidad de los precios, que también viene siendo convalidado por otras consultoras privadas, fue registrada por el propio instituto de estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires.
Los alimentos, según el gobierno de la CABA, subió apenas el 1,7% el mes pasado, por debajo incluso del «crawling peg».
La recesión se acabó
Para Javier Milei, la desaceleración inflacionaria es un activo clave para la regeneración de las expectativas en la economía. Junto con la estabilidad cambiaria, es lo que tiene más a mano para demostrar que las cosas están funcionando bien.
Es lo que él mismo ponderó durante la noche del jueves, en el discurso ante los empresarios de la Cámara de Comercio.
«Hoy vengo con un mensaje muy particular para transmitir a los argentinos: la recesión ha terminado y el país ha comenzado a crecer. Les quiero agradecer por el esfuerzo que han hecho durante todo el año. Hoy tengo el orgullo de decir que el intervalo de dolor terminó, estamos saliendo del desierto», les dijo el Presidente en la apertura de su discurso ante los comerciantes.
Más adelante se tomó una licencia humorística. Aunque no tanto: «Dijimos que la economía subiría como pedo de buzo, y adivinen, las burbujas están empezando a verse. Vamos, no puedo dejar de ser Milei, ya venía siendo demasiado formal», apuntó entre las risas de los presentes.
Entre los empresarios -lo mismo que en el mercado financiero- creen que Luis Caputo forzará una baja de la inflación en las próximas semanas y meses.
En ese sentido, piensan que el ministro podría ir hacia un «crawling peg» más ligero —por debajo del 2% mensual—, tal como lo sugirió el economista Ricardo Arriazu.
El clima financiero ayuda
El último reporte de la consultora 1816 —una de las preferidas por los financistas locales— puso el foco en los menores riesgos de la administración Milei en esta segunda parte del año. Básicamente por el sorpresivo y positivo blanqueo de capitales, que acercó la friolera de u$s19.000 millones a los bancos.
La llegada de dólares no se detiene —al contrario, se incrementó en las últimas semanas— y en la City observan que el mayor riesgo que tiene Milei en su camino hacia las próximas elecciones es el «riesgo político’. Es decir, que una postulación de Cristina Kirchner en la provincia de Buenos Aires aparezca con una fuerza suficiente que tensione al mercado financiero.
Por eso mismo, los inversores empiezan a atender la dinámica de la economía real. Los últimos registros dan cuenta de que la crisis ya tocó piso a mediados de año, pero la recuperación todavía luce lenta.
Los sectores que traccionan —energía, petróleo y minería y hasta el agro— no son los más mano de obra intensivos, y la pregunta que prevalece es si la mejora económica «llegará al conurbano». De eso dependerá buena parte de la suerte electoral del oficialismo en la provincia de Buenos Aires.
Lo cierto, no obstante, es que el actual escenario económico no era el que tenía consenso hasta hace algunos meses, y la llegada de dólares mejoró todas las expectativas. Incluso las últimas encuestas le dieron mejor al jefe de Estado, luego de un traspié en agosto y septiembre.
Por lo pronto, el Gobierno saca provecho de la mayor fortaleza que en la Argentina siempre otorga la estabilidad cambiaria, más todavía luego de una devaluación como la de principios de año.