El Tesoro concretó la compra de u$s1.500 millones, que se utilizarán para pagar el próximo vencimiento, pautado para comienzos de 2025
17/09/2024 – 20:50hs
En un nuevo guiño a los acreedores, la semana pasada el Tesoro concretó la compra al Banco Central de u$s1.528 millones que se utilizarán para pagar el próximo vencimiento de intereses de los títulos de deuda externa, pautado recién para enero.
Se trata de un gesto que se suma a las señales enviadas el pasado domingo por el presidente Javier Milei, quien aseguró que el Presupuesto 2025 está diseñado para que el superávit primario necesario para pagar los intereses de la deuda sea una regla inquebrantable (una vez garantizado el cumplimiento con los acreedores, se verá qué queda para el resto de las partidas del Estado).
El Gobierno compra divisas para pagar los vencimientos de deuda
La compra anticipada de divisas para cancelar el vencimiento de intereses de enero se había anunciado hace dos meses, en medio del cimbronazo financiero que sucedió al lanzamiento de la fase 2 del programa económico, que había decepcionado por no contemplar una hoja de ruta para el levantamiento del cepo cambiario.
Finalmente, la operación se concretó el jueves 12 de septiembre. Tal como quedó reflejado en el registro diario de depósitos del Tesoro en el BCRA que publica con algunos días de rezago la autoridad monetaria, en esa rueda la cuenta en dólares que el Gobierno tiene en el Central aumentó su saldo en u$s1.528 millones.
Cuando se conoció la planilla oficial, comenzaron las especulaciones en el mercado, porque el monto coincidía con lo que en julio había anunciado Pablo Quirno, secretario de Finanzas. Fue Federico Furiase, director del BCRA y asesor de Luis Caputo, quien en redes sociales lo confirmó este martes por la tarde: «Finanzas ya compró los dólares al BCRA para los vencimientos de intereses de enero de 2025».
Que el Gobierno compre estas divisas a cuatro meses de la fecha del pago a los bonistas muestra la necesidad del equipo económico de romper con la desconfianza generada tanto en la City porteña como en Wall Street a raíz de la escasez de dólares. De hecho, las reservas netas actualmente son negativas en más de u$s5.000 millones, según estimaciones privadas.
El gesto procura llevar tranquilidad a los acreedores y propiciar un rally alcista de los bonos, que ayude a bajar el riesgo país. El indicador de riesgo que elabora el JP Morgan es aún muy elevado como para abrir la posibilidad de que el Gobierno acceda el año que viene a los mercados internacionales para refinanciar parte de los vencimientos de capital de la deuda externa. Con todo, Caputo asegura que eso no será necesario ya que tiene garantizados los créditos tipo repo para afrontar los compromisos de enero y julio de 2025.
«El superávit tiene que equivaler o exceder el monto de los intereses de deuda a pagar»
Durante su presentación del Presupuesto 2025 el domingo pasado, Javier Milei puso el acento en el cambio de metodología para elaborar esta hoja de ruta, a partir de pensar «primero cuánto hay que ahorrar para después ver cuánto se puede gastar» y anunció que ésta será la «regla fiscal inquebrantable para todos los que vengan en adelante».
«El superávit primario tiene que equivaler o exceder al monto de los intereses de deuda a pagar», afirmó el mandatario en primer término. En esta definición, junto con otras, se concentra uno de los objetivos que buscó al decidir presentar él mismo el proyecto: enviar un mensaje a los acreedores que ven con preocupación la capacidad de la Argentina de hacerse con dólares.
Luego explicó que «el gasto corriente está compuesto por el gasto automático indexado por ley y por el gasto discrecional que no está indexado, es el mismo no importa la inflación que haya», a lo que agregó que en el Presupuesto 2025 «si los ingresos son mayores a los estimados el gasto automático podrá aumentar en línea, pero el gasto discrecional se mantendrá congelado».
En tanto, «si el crecimiento económico es permanente, el Estado va a poder devolverle a la sociedad esa mayor recaudación en reducción de impuestos«. Si la economía no crece «caerá también el gasto automático y se reducirá el gasto discrecional para que igualmente se alcance el déficit cero». Milei aseguró que con esto «será el sector público y no el privado» el que absorba los desequilibrios de la economía y «se blinda el resultado fiscal sea cual fuera el escenario macroeconómico».
«La reducción del gasto para lograr superávit va a estar en el centro de la solución», aseguró el Presidente, al tiempo que destacó que «el déficit cero va a hacer que la deuda sea sostenible». Este proceso al que denominó como «guerra contra el gasto público» o «cepo al Estado» fue la clave central de su anuncio en el Congreso.