Si de algo hay certezas es que Máxima Zorreguieta es una de las reinas más fashionistas. Tiene un estilo muy personal, donde se destacan desde vestidos de gala hasta conjuntos de pantalón y saco, y elegantes abrigos. Aunque suele usar looks en tonos blanco, gris, azul, bordó y marrón, cada tanto juega con colores más estridentes como el amarillo, el naranja y el rosa. Además, es una de las grandes impulsoras de la moda circular, por lo que es común verla con prendas que ya utilizó una o más veces a lo largo de los años.
A su vez, si bien la mayoría de las veces elige outfits monocromáticos, en ocasiones se anima a combinar colores, texturas y estampas. Esto fue justamente lo que hizo en su última actividad real. La monarca cumplió compromisos en La Haya junto al Secretario de Estado de Participación e Integración, Jurgen Nobel, y para la ocasión eligió un elegante y colorido look de dos piezas con estridentes colores y un llamativo bordado.
Zorreguieta retomó formalmente su agenda de actividades. El domingo, asistió junto al rey Guillermo Alejandro y su hija la princesa Alexia al Gran Premio de Fórmula 1 de los Países Bajos que se realizó en el circuito de carreras Zandvoort y el martes visitó con su marido la provincia de Zelanda. La actividad de este miércoles, en tanto, fue en La Haya, ciudad donde se ubica su residencia principal. Junto al funcionario visitaron un sector de la ciudad que ofrece asesoramiento financiero. Además de conversar con consultores, la reina también charló animadamente con los residentes de la zona.
En un video que compartió la cuenta oficial de Instagram de la casa Orange-Nassau se pudo ver un resumen de la jornada de la reina y también su look. Para esta ocasión, la monarca eligió llevar un estilo elegante, pero descontracturado y colorido. Lejos de los grises y azules, optó por una camisa blanca con un bordado lineal en amarillo y bordó. Lo combinó con unos pantalones tiro alto en color amarillo.
En cuanto a los zapatos, optó por sus clásicos stilletos de Gianvito Rossi, esta vez de gamuza en un tono marrón claro y para llevar sus pertenencias eligió una pequeña cartera amarilla. Para realzar el look incluyó unos imponentes aros de piedras colgantes en color marrón, su infaltable reloj y unos anillos. Le dio el toque final con las uñas bordó, a tono con el bordado de la blusa. Al cabello lo dejó suelto y peinado hacia un costado, con un maquillaje natural y sutil.
El martes, la reina Máxima y el rey Guillermo Alejandro recorrieron la provincia de Zelanda. Primero estuvieron en la localidad de Flesinga, ubicada en la isla Walcheren y luego en la ciudad de Midelburgo. Para cumplir con la agenda del día, la monarca lució un vestido midi al cuerpo y con un tajo en la parte trasera. Se trató de un diseño de Natan Couture con transparencias y un delicado bordado en un tono azul grisáceo que cubría toda la prenda.
La parte superior del vestido generó la ilusión de tener un solo hombro, puesto que mientras de un lado se podía apreciar la tela trasparente de la base de la pieza, del otro lado se diseñó una vistosa manga de tul, en el mismo tono que el bordado. Para darle el toque final al look, la reina se recogió el cabello en un rodete y agregó un delicado tocado confeccionado con la misma tela del vestido. En cuanto a la joyería, sumó aretes en tono celeste y completó el look con un par de stilettos, guantes y un sobre, todo en color nude para cortar con lo monocromático.
LA NACION