Estalló una bomba, una explosión sin precedente que sacudió todo. La filtración del video de Alberto Fernández, en su despacho presidencial de la Casa Rosada, con Tamara Pettinato en una situación muy extraña generó una oleada de repercusiones impresionantes.
Desde ese momento, la panelista quedó en el ojo de la tormenta, más allá que la responsabilidad mayúscula de un comportamiento discutible le corresponde al hombre que ocupaba el cargo más importante del país. Los coletazos se multiplicaron y estimularon que la mediática se refugiará en el silencio por unos días.
Finalmente, Tamara optó por salir a ofrecer su verdad, para lo cual eligió su ciclo de streaming Fin de fiesta, que se emite por la plataforma Blender. Una determinación llamativa, porque no optó por hablar en Bendita TV o en el programa radial de Ernesto Tenenbaum.
En definitiva, se aguarda con suma expectativa su descargo, que se configuró en una alocución seria y adusta con la mirada en la cámara. Para comenzar, la hija de Roberto Pettinato enumeró todas las noticias que proliferaron en esta semana sobre su persona y las nombró una por una.
Directamente y sin introducción, la panelista arrancó con los tapones de punta y expresó: “Que soy puta, que tengo una asociación ilícita, que fui a pedir por mi hermano, que me escapé, que me fui al sur del país a esconderme, que fue en pandemia cuando no se podía salir, que entré escondida en un baúl, que cobre 4500 dolares por un trabajo que me consiguió él, que el señor de 65 años era él”.