Según los últimos registros, hubo una caída lógica tanto en la industria como en los comercios. En los hogares se consume más a pesar de la crisis
22/05/2024 – 09:24hs
Los consumidores reaccionaron de distinta forma después del aumento de las tarifas de energía eléctrica. Una cosa fueron los usuarios residenciales y otra, muy distinta, cómo lo hicieron los usuarios industriales y los comercios.
Estos dos últimos -empresas fabricantes y comercios- demandaron menos energía eléctrica, en medio de la caída de la actividad económica. Esta variable suele ser una buena medida para percibir la profundidad del ciclo recesivo.
En promedio, tomando en cuenta la industria, el comercio y los hogares, la caída en la demanda de energía del mes pasado fue del 0,5% versus abril del año pasado.
El consumo de electricidad en las industrias, durante abril, estuvo un 5,5% por debajo respecto del mismo mes del año pasado.
Esta merma se relaciona con la menor producción fabril: por la caída de las ventas hubo empresas líderes -como varias automotrices- que frenaron la fabricación y suspendieron turnos. En el caso de los comercios, la caída del consumo de energía fue del 3,8% entre un año y otro. Se trata de un monitoreo mensual que realiza la consultora especializada Economía & Energía, que dirige Nicolás Arceo.
Qué pasa en los hogares
A diferencia de lo que sucede en la industria y en los comercios, los consumidores residenciales incrementaron la demanda de energía eléctrica. A pesar del aumento de la tarifa que, en promedio, incrementó por tres las facturas.
Se trata de un indicador positivo en medio de la recesión que hundió el consumo en distintos rubros.
Hubo una caída lógica tanto en la industria como en los comercios. En los hogares se consume más a pesar de la crisis
El consumo de productos de la canasta básica se hundió 13,8% durante abril, de acuerdo a la última medición de la consultora Scentia, especializada en las mediciones de las ventas tanto en supermercados como en comercios de barrio.
Góndolas en rojo
Se trata de la caída más grande de la que se tenga registro, como producto de la recesión y la pérdida del poder adquisitivo de la población.
La desaceleración inflacionaria, que en abril bajó al 8,8% tras el 11% de marzo, no alcanzó para mejorar la perfomance de los comercios. Los bolsillos de los argentinos siguen delgados.
Esta caída en los niveles de venta son una muestra de la gravedad de la crisis. Hay fuertes retrocesos en distintos segmentos: desde alimentos a productos de la construcción, pasando por las cadenas de electrodomésticos.
El retroceso de las grandes cadenas de supermercados fue más grave que en los pequeños negocios. Fue del 15,3% interanual contra una baja del 12,2% en los autoservicios «chinos» y almacenes de barrio.
¿A qué se debe? La base de comparación: el año pasado, las grandes cadenas venían en un ascenso en las ventas mientras que los negocios más chicos comparan con una base más baja.