Hoy en día, los inversores enfrentan un dilema común: decidir si es momento de redirigir sus inversiones hacia el dólar. Los especialistas en inversiones Rodrigo Benítez y José Ignacio Bano debatieron sobre los riesgos de mover las inversiones a dólares en el contexto actual durante la última emisión del programa Qué Hacemos con los Pesos que se emite por A24.
En un escenario donde las tasas de interés en pesos no logran compensar la inflación, muchos inversores se preguntan si no sería más prudente buscar refugio en activos dolarizados. Y existen muchas alternativas sobre la mesa: desde bonos soberanos hasta obligaciones negociables. ¿Cuáles son las mejores opciones, según los expertos?
El asesor de inversiones José Ignacio Bano ofreció una perspectiva cuidadosa pero estratégica sobre la inversión en dólares. «Como visión de portafolio de inversión, no se trata de un extremo u otro; no es estar todo en pesos o todo en dólares», argumentó. Y sugirió una estrategia de diversificación y ajuste continuo de las posiciones, basada en el análisis de las condiciones del mercado.
Volver al dólar, gradualmente
Al principio del año, mencionó Bano, era conveniente reducir la exposición a dólares debido a las altas tasas en pesos. Sin embargo, ahora considera que es momento de comenzar, gradualmente, a volver al dólar. «El castigo puede ser alto en caso de que el dólar se despierte un poco», advirtió.
Bano también señaló que los bonos como el TX26 ofrecieron rendimientos significativos en el pasado reciente, pero que esos premios ya no están disponibles en el mismo nivel. «De octubre a noviembre del año pasado hasta ahora, un bono como el TX26 ganó paridad y creció a la par de la inflación, alcanzando hasta un 120% en dólares», explicó el experto, y continuó: «Ahora, ese premio ya no está más ahí».
Por su parte, el economista Rodrigo Benítez destacó la necesidad de un cambio en la manera de pensar sobre las inversiones. «Entramos en una etapa donde tenemos que cambiar la manera en que pensamos. Veníamos pensando en compresión, en activos que ganen en paridad, pero ahora debemos enfocarnos en el devengamiento, en el rendimiento que dejan sus activos hacia adelante«, afirmó el integrante de Mega QM.
Benítez señaló que los márgenes de ganancia en la paridad de los activos se redujeron considerablemente. En su lugar, sugirió evaluar los rendimientos futuros que los diferentes activos pueden ofrecer, especialmente en escenarios de posible compresión de la brecha cambiaria o una eventual salida del cepo. «Tenemos que evaluar la compresión de la brecha y los rendimientos que podemos obtener por devengamiento», recomendó.
Asimismo, Mariano Otálora, especialista en inversiones y conductor del programa, subrayó la dificultad de los bonos argentinos para superar ciertas barreras de precio, lo cual representa un desafío para los inversores. «Están los boneros a fondo, y el bono como que quedó ahí. Cuesta romper la barrera ya de 70, 75, 80», comentó.
Y Bano añadió que, desde el punto de vista del riesgo país, hubo una notable reducción, pero esto también limita el potencial de ganancias futuras. «Partimos de un riesgo país de 2.500 puntos, que se redujo a 1.200. Esto fue toda ganancia de paridad de los bonos, todo ganancia de precio. El GD35 subió 36% en dólares de principio de año hasta ahora, pero cada vez se hace más difícil ganar el tramo extra», explicó.
La discusión concluyó con una reflexión sobre la relación entre el tamaño del premio y el castigo en las inversiones. Según Bano, la dimensión del premio se redujo. Es un equilibrio delicado que los inversores deben considerar.
Diferencia entre bonos cortos o largos
Invertir en bonos largos o cortos en dólares implica consideraciones importantes que afectan el perfil de riesgo y el potencial de retorno de la inversión. Los bonos largos suelen ofrecer mayores rendimientos pero están expuestos a un mayor riesgo de tasa de interés y volatilidad del mercado en comparación con los bonos cortos.
Además, los bonos largos son más sensibles a los cambios en las tasas de interés que los bonos cortos. Cuando las tasas de interés aumentan, el valor de los bonos largos tiende a disminuir más significativamente que el de los bonos cortos. Por otro lado, cuando las tasas de interés disminuyen, los bonos largos pueden experimentar ganancias de capital más grandes que los bonos cortos.
Invertir en bonos largos o cortos en dólares implica consideraciones importantes que afectan el perfil de riesgo y el potencial de retorno de la inversión.
La elección entre bonos largos y cortos también depende del horizonte de inversión del inversor. Los bonos largos son más adecuados para inversores con horizontes a más largo plazo que pueden tolerar la volatilidad del mercado y están dispuestos a mantener sus inversiones durante períodos prolongados para capturar rendimientos potenciales más altos. Por otro lado, los bonos cortos pueden ser más apropiados para inversores con horizontes a más corto plazo que desean proteger su capital y preservar la liquidez.
En el contexto económico argentino actual, donde la inflación persiste y las tasas de interés en pesos no logran compensar adecuadamente, el debate sobre si es el momento adecuado para invertir en dólares es más relevante que nunca.
La recomendación de los expertos apunta a una estrategia equilibrada y diversificada, evaluando continuamente las condiciones del mercado y ajustando las posiciones en consecuencia.