En otro renovado gesto hacia la comunidad judía argentina, y en momentos de máxima tensión entre Israel y sus enemigos del Medio Oriente, el presidente Javier Milei fue el orador central, este miércoles, en la conmemoración anual del Día del Holocausto y el Heroísmo (Shoá ve Guevurá, en hebreo).
Llegado a las 19.15 al ya ex-Centro Cultural Kirchner, rebautizado como Palacio Libertad, Milei recibió el aplauso unánime de los asistentes a la sala sinfónica. Luego de saludar con un abrazo al embajador de Israel, Eyal Sela, y a su rabino, el flamante embajador en Israel, Axel Wahnish, Milei siguió las alternativas de la conmemoración, que duró más de una hora y media.
Cuando le tocó hablar, y además de recordar a las seis millones de víctimas del nazismo, el Presidente fue enfático en su defensa del Estado de Israel y muy crítico de la organización terrorista Hamas, que perpetrara el ataque del 7 de octubre al sur del Estado hebreo. Apuntó también a Irán, a quien responsabilizó por los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA, del que se cumplen este año tres décadas.
“En la batalla entre el bien y el mal, tomar partido es una obligación moral”, dijo Milei, que prometió a sobrevivientes, líderes comunitarios y representantes extranjeros “estar siempre al lado de Israel”. Criticó a los “líderes del mundo libre” que a su juicio son “indiferentes” ante las agresiones al Estado hebreo. “La intención de Hamas fue la misma que la de los nazis”, expresó, en relación al ataque de la organización terrorista en octubre pasado. “No hacer la vista gorda es la única manera de que la shoá no se repita”, enfatizó el primer mandatario. Lo escuchaban, en las primeras filas, la canciller Diana Mondino; el ministro de Defensa, Luis Petri; el presidente de la DAIA, Jorge Knoblovits, y el embajador de Estados Unidos en el país, Marc Stanley.
Luego de criticar el “terrorismo islámico”, Milei calificó de “cobardes” los “atentado de Irán” a la Embajada de Israel y la AMIA. Prometió la postulación del país para ser sede de la Alianza Internacional contra el Holocausto, y repitió que “la mentira necesita de las mayorías para tener éxito”, antes de volver a ser despedido con aplausos.
El gesto de Milei no pasó desapercibido para la comunidad judía. Es que Néstor Kirchner había sido, en 2007, el último presidente en ejercicio que participó de la recordación del Día del Holocausto, que rememoró este año el aniversario número 81 de la rebelión de un reducido grupo de jóvenes judíos polacos contra el ejército nazi en el ghetto de Varsovia, Polonia.
Diecisiete años después de Kirchner, y a su regreso de su actual viaje por Estados Unidos, Milei habló en la conmemoración, organizada por la DAIA y el Museo del Holocausto, y que al igual que el año pasado se desarrolló en el auditorio sinfónico de Sarmiento 151. El año pasado, el orador del Gobierno en aquel acto fue el entonces ministro de Educación, Jaime Perczyk, y estuvo acompañado por su par de Interior, Eduardo de Pedro.
Antes de Milei, hablaron en el acto el titular del Museo del Holocausto, Marcelo Mindlin; el titular de la DAIA, Jorge Knoblovits; un sobreviviente de la Shoá Pedro Roth, y miembros de las juventudes judías. El eslogan de este año es por demás sugestivo: “Para que la Shoá no se repita”. Es una referencia clara de las entidades comunitarias al aumento del antisemitismo en el mundo, en paralelo con la respuesta de Israel al ataque de la organización terrorista Hamas, que dejó como saldo más de 1200 muertos y generó la respuesta del Estado hebreo. La organización terrorista con sede en la Franja de Gaza aún retiene más de un centenar de rehenes, entre ellos al menos cinco de origen argentino, que fueron recordados durante la ceremonia.
No se trató, por cierto, del primer gesto de Milei en relación con la Shoá, el recuerdo de la política nazi que dejó como estremecedor saldo la muerte de seis millones de judíos europeos durante la segunda guerra mundial.
A fines de enero, Milei participó en Buenos Aires del acto por el día internacional del Holocausto, que rememora la liberación del campo de concentración de Auschwitz, el 27 de enero de 1945. En febrero, y durante su periplo por Israel, el Presidente visitó el Museo Yad Vashem (Mano y nombre), memorial estatal creado en 1950 que recuerda a los seis millones de asesinados, en Jerusalén, y que suelen recorrer los dignatarios que llegan a Israel.
“Elegir la vida es elegir la libertad. El Holocausto nos recuerda nuestra responsabilidad y compromiso por la libertad”, subrayó entonces en su discurso el Presidente, para luego volver a pedir por la liberación de los rehenes capturados por Hamas, grupo al que calificó como el “nazismo moderno”, y que aún sostiene, seis meses después del ataque al sur del Estado hebreo, su conflicto con Israel.