El exdirector técnico falleció a los 85 años. La noticia fue confirmada por la AFA a través de sus redes sociales.
Murió César Luis Menotti, uno de los nombres gigantes del fútbol nacional. El exentrenador de la Selección argentina, campeón del mundo en 1978, falleció este domingo a los 85 años. Lo confirmó la AFA a través de sus redes sociales.
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“La Asociación del Fútbol Argentino lamenta informar con enorme tristeza el fallecimiento de César Luis Menotti, actual Director de Selecciones Nacionales y ex técnico Campeón del Mundo de Argentina. ¡Hasta siempre, Flaco querido!”, publicó la AFA en sus redes sociales minutos antes de las 16 de este domingo.
Menotti había pasado diez días internado a principios de abril en el Sanatorio Agote del barrio de Recoleta, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Le habían diagnosticado un cuadro de anemia de severa. Tras ser dado de alta, había regresado a su casa junto a su familia.
Menotti, que en el último tiempo había trabajado como Director General de Selecciones Nacionales, fue un transgresor a la hora de jugar al fútbol, en donde priorizaba la ofensiva por sobre todas las cosas. Su estilo agresivo, de buen trato de pelota y la constante asociación entre los futbolistas dentro de la cancha lo convirtieron en uno de los referentes mundiales.
Conocido como El Flaco, inició su trayectoria como jugador en 1960 con el debut en Rosario Central, club en el que estuvo cuatro temporadas. Luego, también tendría un paso por Racing, Boca, Juventus de Turín y el San Pablo de Brasil.
Pero más allá de su carrera como futbolista, en donde verdaderamente se destacó fue con el buzo de entrenador. Es recordado por haber logrado el campeonato con Huracán en 1973, en uno de los equipos más icónicos del fútbol argentino. Fue el primer título en el profesionalismo y lo hizo con un plantel de ensueño, que tenía a figuras como René Houseman, Miguel Ángel Brindisi y Carlos Babington.
Huracán del 73, el equipo que lo llevó a la fama
César Luis Menotti tenía 33 años cuando Huracán lo fue a buscar en 1972. Había jugado en Rosario Central, en Boca, en Racing, en el Santos (con Pelé) y en la Selección, pero su carrera finalizó muy joven y enseguida empezó su etapa como entrenador. En realidad, fue ayudante de campo de un hombre que marcó su paladar negro para el fútbol: el Gitano Miguel Antonio Juárez, rosarino y referente de Central como él, pero con quien colaboró en Newell’s.
A ese inexperto Menotti, pero de convicciones muy claras, fue a buscar la dirigencia de Huracán, que acababa de despedir al exitoso exentrenador de Estudiantes de La Plata, Osvaldo Zubeldía, quien tenía de ayudante de campo a un también jovencísimo Carlos Salvador Bilardo. Los resultados mandaban -algo que ambos conocían muy bien- y Huracán necesitaba un golpe de timón porque estaba en posición de descenso.
Y llegó el Flaco, con sus banderas del fútbol de pelota al pie, el toque y la técnica por sobre todo. Movió las fibras de un grupo de jugadores que claramente podía rendir más y terminó aquel 1972 en el tercer lugar. Estaba Alfio Basile como experimentado en la defensa y dos jóvenes talentos en el medio: Carlos Babington y Miguel Brindisi, ambos de las Inferiores del Globito.
El equipo tenía talento, voz de mando, personalidad, pero Menotti le agregó sorpresa. Una sorpresa genial, porque se reforzó con un jugador que la rompía pero en la Primera C. “Cuando estábamos en la pretemporada en Mar del Plata -contó Babington años después-, Menotti nos dijo que iba a sumarse Houseman. Con ese apellido alemán pensamos en un grandote de área. Cuando vimos entrar a René creímos que era una broma: flaquito y chueco. ¿Este es el refuerzo?”.
Y ese refuerzo fue el jugador más distinto en un equipo de distintos. De la C en 1972 al Mundial de Alemania en 1974 y a ser campeón mundial en 1978. René era “el Loco”, de la estirpe del wing hábil y desequilibrante, pero que además de desbordar, hacía goles. Y podía agarrar la pelota perfilado como diestro o como zurdo, y siempre sacar ventaja.
De Huracán a la Selección argentina
Argentina empezó a ganar su primer Mundial el 30 de septiembre de 1974. Ese día, César Menotti fue designado como su nuevo entrenador. “La idea es jerarquizar a la Selección. Tengo la posibilidad de demostrar que se puede construir una estructura sólida, capaz de respaldar el trabajo del técnico”, fueron sus primeras palabras.
David Bracuto, entonces vicepresidente primero de la AFA, había asumido la conducción el 21 de junio de 1974, pocos días antes de la muerte de Juan Domingo Perón. El nuevo presidente de la casa madre del fútbol argentino conocía bien a Menotti por haber sido dirigente de Huracán, donde el Flaco había construido uno de los mejores equipos de la historia del fútbol argentino.
La idea era jerarquizar al equipo de todos, que el elenco nacional fuera una prioridad para los clubes y los jugadores.
El 12 de octubre de 1974, ante España en el estadio Monumental, hizo su debut como entrenador de Argentina con una igualdad 1-1 ante España, con un gol de Roberto Rógel, defensor de Boca. Aquella jornada, sin saberlo, había comenzado una de las etapas más exitosas del fútbol argentino.
Los cuatro años previos al Mundial fueron muy intensos. Se formaron combinados en las provincias, se jugaron decenas de amistosos y antes del inicio del torneo el plantel estuvo concentrado más de 50 días. Por primera vez en la historia, la Selección nacional era la prioridad de todos los actores del fútbol argentino. Menotti fue el gran responsable de esto.
Después, la historia es conocida. La Selección obtuvo su primer Mundial tras ganarle la final Holanda por 3 a 1 en el Monumental. Más allá de la utilización política que le dio la Dictadura, en momentos de una brutal represión del Estado, el logro deportivo fue consecuencia del trabajo y la planificación del entrenador rosarino.
El lunar, si así se lo puede considerar, es que Menotti dio de baja a un Diego Maradona de 17 años unos días antes de dar la lista de buena fe para el Mundial. Con el tiempo, pese a las lágrimas de entonces, el Diez lo perdonó.
La relación de Menotti y Diego Maradona y el día que el 10 lloró por la Selección
La calidad inconmensurable del mejor futbolista de todos los tiempos todavía no había sido explotada del todo: a tan solo doce días del Mundial de Argentina 1978, un 19 de mayo, el entrenador César Luis Menotti le comunicó a Diego Maradona que no iba a formar parte de la nómina para la Copa del Mundo. Para el Diez además, se trató del primer gran dolor que debió atravesar con la Albiceleste, en una historia repleta de amores, gestas históricas y desencuentros.
En la preselección de 40 jugadores, el nacido en Villa Fiorito había logrado sobrevivir, así como también en la de 25. De todas formas, el anuncio oficial de Menotti no dio lugar a dudas: “Este momento era inevitable porque los plazos se acortan, y yo tengo que dar la lista de 22. Los que salen son (Humberto) Bravo, Maradona y (Víctor) Bottaniz. Me duele mucho tomar esta decisión y no quiero entrar en detalles”, explicó el entrenador.
Diego no pudo evitar el llanto. En el predio, de noche, en medio del clima gélido y en pleno silencio, el periodista de El Gráfico Carlos Ares escuchó sollozos. “¿Y ahora cómo se lo digo a mi papá?”, le había expresado el astro, desconsolado, que mezclaba su disgusto con insultos al técnico que le cortó las piernas por primera vez.
Ocho años después, su impecable actuación en México le dio a la Albiceleste, ya bajo el mando de Carlos Salvador Bilardo, su segunda Copa del Mundo. ¿La primera? En aquel 1978, con Kempes en modo Maradona y Diego sentado en las tribunas del Monumental.
Carlos Bilardo vs. César Luis Menotti, la pelea eterna del fútbol argentino
Todo comenzó en mayo de 1983, cuando la Selección argentina jugó un amistoso en España contra el Valladolid. El ciclo de Carlos Bilardo no lograba ganarse el respeto de los argentinos y las críticas subían de nivel. La prensa martillaba. Pero hubo una declaración que realmente molestó al cuerpo técnico.
César Luis Menotti, que se había alejado de la Selección luego de dos ciclos y la conquista del Mundial 1978, lanzó un dardo que enfureció a Bilardo. Argentina perdió en mayo de 1983 2 a 0 frente al Valladolid en un amistoso que dejó a la vista de todos el mal funcionamiento de Argentina y desde el lado de Menotti no lo dejaron pasar.
En medio de una crítica marcada, Menotti afirmó que Argentina no podía regalar su prestigio con esa clase de partidos. Bilardo leyó eso y enfureció, detalla el periodista Andrés Burgo en la serie documental “Bilardo, el doctor del fútbol”, que se emite por HBO Max. Si hay que buscar un punto donde la enemistad entre ambos se potenció definitivamente hay que ir a ese día. Ya nada volvería a ser igual.
Si antes había una cierta relación de respeto entre Bilardo y Menotti, lo que nació ahí fue un enfrentamiento feroz, una batalla incesante que recién en los últimos años bajó su intensidad.
Carlos Bilardo y César Luis Menotti son el fútbol argentino. Opuestos, extremadamente distintos, pero con un punto en común suficiente como para dejarlos en lo más alto. Cada uno con su estilo llevó a la Selección argentina a la cima del mundo.
La Selección argentina y la conquista de los fanáticos: el último gran logro del Flaco Menotti
Lionel Scaloni fue el gran acierto de la AFA en los últimos años. Más allá de que el que lo eligió fue el presidente de Chiqui Tapia, no se puede negar el gran apoyo que recibió de parte de César Luis Menotti, que ejercía como Director de Selecciones. Cuando nadie confiaba en el “inexperto” entrenador, fue el Flaco el que lo apoyó desde un comienzo.
“Mi tarea principal será darle un marco de trabajo a los entrenadores, defender su tarea, escucharlos, acompañarlos. No podemos seguir poniendo el éxito deportivo por delante del trabajo y los tiempos necesarios para lograrlo”, manifestó Menotti, que luego saludó el ingreso de nuevas generaciones de entrenadores a la Selección como Lionel Scaloni, Pablo Aimar, Walter Samuel, Fabián Ayala, Diego Placente.
Menotti también fue enfático en destacar que “el fútbol argentino necesita un cambio cultural” y pedir que hay “que terminar con los resentimientos y recomponer la relación de los clubes con la Selección Argentina, y de la Selección Argentina con la gente”. “El Mundial de Rusia fue una ruptura. Estuvimos a punto de no clasificar por quebrar un proceso con la llegada de tres entrenadores cambiando constantemente de idea, improvisando. No puede volver a producirse”, indicó.
Afortunadamnete, las plabras de Menotti se convirtieron en hechos concretos y la Selección argentina logró consagrarse campeona del Mundo en el Mundial de Qatar.