“La situación del sector de la salud es crítica”, dice el doctor Rubén Torres, presidente de la Federación Latinoamericana de Hospitales, y con una amplia trayectoria como docente y en la actividad pública. Invitado por Fundación Oulton para disertar en Córdoba, el extitular de la Superintendencia de Servicios de Salud del Ministerio de Salud de la Nación asegura que llegó el momento de “repensar” el sistema de salud a nivel nacional. “Por primera vez, quienes se sienten a esa mesa de discusión tienen que dejar de lado sus intereses personales”, sostiene ante PERFIL CÓRDOBA.
-¿Cómo ve el panorama del sistema de salud en Argentina?
-Creo que la situación actual, que está detonada por la explosión mediática que ha tenido el tema de la medicina prepaga, ha puesto en evidencia un tema que quienes venimos estudiando desde hace muchos años: Argentina tiene probablemente un sistema de los más continentes de toda la región de las Américas y con eso me refiero que es un sistema al cual acceden todos los argentinos y la prueba de esto es la gratuidad de nuestro hospital público, pero el grave problema del sistema es que ese acceso es a muy diferentes niveles de calidad, según el lugar donde el ciudadano acceda y esto da como resultado que la acción final de cada uno de esos sistemas, sobre el estado de salud de los ciudadanos, sea muy diferente. Pienso que la situación se da por desidia del Estado o por abandono del mismo Estado.
-Un legislador presentó un presentó un proyecto para que en los hospitales públicos de Córdoba paguen quienes no sean de Córdoba o extranjeros. ¿Qué opinión tiene al respecto?
-Globalmente pienso que esto no es el principal problema del sistema de salud, hay otras cuestiones que son más prioritarias. En segundo lugar, yo haría una diferenciación: el cobro a los extranjeros sobre prestaciones en la Argentina podría ser absolutamente justificable, y esto no incluye las emergencias, eso está fuera de discusión. Ahora, el cobro entre los ciudadanos de distintas jurisdicciones dentro de una misma Nación lo que está reflejando es la falta de capacidad de la autoridad sanitaria nacional para lograr establecer las compensaciones necesarias entre los naturales desequilibrios económicos y asistenciales que tienen las distintas provincias y esta es una desidia del Estado a la que hacía referencia en la pregunta anterior.
-¿Cómo evalúa la política de salud del gobierno nacional?
-Me resulta difícil definirla. El conjunto de las medidas que hasta ahora han sido anunciadas, que tienen que ver básicamente con la desregulación del sistema de la medicina prepaga y la elección de algunos de los aspectos de las obras sociales, apuntan a una porción pequeña de la población: estamos haciendo referencia a seis millones de argentinos que tienen medicina prepaga y que más allá de una decisión posterior podrían beneficiarse de la medida. El problema son los ciudadanos que tienen como única cobertura el sistema público nacional, provincial y municipal y que reciben prestaciones que no son homogéneas para todos ellos. Y en segundo lugar está el sistema de seguridad social, donde se reúne el mayor número nacional de argentinos –se incluyen obras sociales nacionales, provinciales- donde existe un problema de desfinanciamiento muy importante que requiere mejorar la eficiencia de ese sistema y observar cómo se pueden mancomunar los fondos públicos y los números de la seguridad social para lograr mejores resultados que los que tenemos actualmente.
-¿Desde cuándo Argentina no tiene una buena gestión en salud, como política de Estado?
-Sería muy aventurado juzgar la actividad de mis colegas, pero lo que sí le puedo decir es que en los más de 40 años de democracia que llevamos, la salud no ha ocupado un lugar preponderante en la agenda política de la Argentina y la prueba de esto es que si usted se remite a los episodios electorales que Argentina ha tenido en todos estos años va a notar que en las plataformas electorales las referencias a la salud son mínimas y en algunos casos nulas y esto habla claramente que la salud no constituye para la dirigencia política un hecho central en la Argentina y esto es lo muy grave del problema.
-¿Y qué puede pasar a futuro?
-Tengo una gran preocupación, porque la situación del sector es crítica. Tenemos un sector público que, dada la caída de la cobertura de la medicina prepaga por parte de aquellos que no pueden pagar, está sufriendo una demanda mayor de la que tiene habitualmente y no está preparado ni financiera ni operativamente para soportar esa demanda. El sistema de obras sociales nacionales tiene un serio déficit de financiamiento y ahora agregamos el tema de la medicina prepaga, que va a dejar a gente sin cobertura en función del valor de las cuotas, lo que pone al sistema en una situación realmente grave. Necesitamos formar una mesa de diálogo donde todos los actores del sector tengan participación. Habitualmente, los actores concurrían a esa mesa pensando qué beneficios podían obtener y hoy hay que sentarse pensando qué cosas pueden aportar para que logremos tener un sistema de salud mejor para todos.