El presidente Javier Milei ratificó hace unos días que el ritmo del crawling peg seguirá en 2% mensual al afirmar que «no tiene ningún sentido acelerar la suba del tipo de cambio oficial». Pero analistas advierten que si no se logra una baja de la inflación rápidamente a un dígito, continuar con ese ritmo devaluatorio implicará perder en junio todas las ganancias de competitividad tras la devaluación de diciembre.
Frente a la crítica de algunos analistas que piden acelerar la devaluación, Milei en una entrevista con Bloomberg retrucó: «Están absolutamente equivocados, ¿por qué tengo que hacer saltar el tipo de cambio hoy si el paralelo coincide con el oficial? ¿Qué estupidez es esa?».
Sin embargo, ante la llegada de la cosecha gruesa, los economistas alertan que el atraso cambiario podría desincentivar las exportaciones lo cual impactaría sobre la acumulación de reservas netas dificultando un potencial levantamiento o flexibilización de controles cambiarios y la calma en las cotizaciones de los dólares financieros dado que 20% de las exportaciones se liquidan al CCL mediante el esquema del dólar blend.
Dólar: ¿de cuánto es la pérdida de competitividad?
Tras el fuerte salto cambiario de mediados de diciembre cuando el dólar oficial trepó de $366 a $800 al inicio de la gestión de Milei, el tipo de cambio oficial estuvo depreciándose a un ritmo de solo 2% mensual en un contexto de inflación mensual de dos dígitos, lo cual hizo que buena parte de la competitividad ganada tras la devaluación se haya diluido.
Los analistas de la sociedad de Bolsa Cohen indicaron que «en la última semana, el Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM) registró una disminución del 1%, sumando una pérdida total de más del 6% en el último mes y del 36% desde el ajuste de diciembre».
A su vez, la consultora EconViews también remarcó que «desde la devaluación de diciembre el tipo de cambio real bajó un 36%», y señaló que «en caso de que se mantenga el 2% de crawling estimamos que en abril va a apreciarse otro 7%, en mayo 6.2% y en junio 4.4%». Y subrayó que «para ese momento va a quedar un 26% abajo del promedio histórico».
Milei dijo que «no tiene ningún sentido acelerar la suba del tipo de cambio»
Asimismo, la consultora Equilibra destacó que «tanto para el dólar oficial como para el exportador (20% al Contado con Liquidación), el TCRM perforó el nivel que el staff del FMI considera de equilibrio, y el dólar importador (que incluye el impuesto PAIS) apenas lo supera».
Al respecto, la consultora LCG detalló que «hoy el TCRM vuelve a ser comparable con el de diciembre 2021, umbral que el FMI había fijado como mínimo en el acuerdo firmado con Martín Guzmán en febrero 2020″. Y recalcó que «se trata de un nivel de competitividad-precio incluso más bajo que el que imperaba en octubre 2011, cuando se decidió la implementación del primer cepo».
Por su parte, un informe de la Fundación Capital puntualizó que «el tipo de cambio real bilateral con Estados Unidos (TCRB) se encuentra un 30% por encima del recibido el 10 de diciembre pasado, si bien ya ha perdido un 39,6% de la competitividad ganada tras el salto cambiario». Y especificó que «el TCRB actualmente se encuentra solo un 3,8% por encima de aquel registrado tras la salida del cepo cambiario en diciembre de 2015, lo cual resulta de interés al ser uno de los momentos con los que las propias autoridades se comparan»,
Hacia delante, la consultora proyectó que «en un escenario de nominalidad descendente, donde la inflación alcanza el dígito mensual a partir de abril (7% mensual promedio en el segundo trimestre) y donde continúa el crawling peg del 2% mensual, el tipo de cambio alcanzaría hacia mitad de año los $748 a valores actuales».
«Esto dejaría un leve colchón de competitividad con respecto al nivel pre-salto cambiario de diciembre pasado (19,4%). Aun así, se encontraría un 5,1% por debajo de la salida del cepo cambiario de 2015 y un 32,8% por debajo de aquel registrado en promedio entre 2003-2008, que fue un tipo de cambio que permitió acumular reservas internacionales».
Dólar: los riesgos del atraso cambiario
La Fundación Capital auguró que «si las autoridades no lograran una rápida baja de la inflación a un dígito mensual, continuar con el crawling peg mensual implicaría perder en junio todas las ganancias de competitividad de la devaluación de diciembre, e incrementar la percepción de atraso cambiario».
Es clave una rápida reducción de la inflación a un dígito que evite una mayor erosión de competitividad del tipo de cambio
«En un escenario donde la inflación se modera más lentamente, alcanzando el dígito mensual recién en junio y de continuar con el crawling peg del 2% mensual, se arribaría a fin de ese mes con un tipo de cambio real de $688 a valores actuales, un registro similar al verificado el 10 de diciembre pasado; es decir, en poco más de seis meses de gestión se habría perdido toda la competitividad cambiaria ganada tras la devaluación». Y detalló que «quedaría un 18,6% por debajo del tipo de cambio de la salida del cepo en 2015 y un 42,4% por debajo del de los años con mayor acumulación de reservas (2003-2008).
La consultora planteó que «este análisis de competitividad se torna relevante en el comienzo de los meses de la cosecha gruesa», ya que advirtió que «si bien luego de un año de sequía y con precios internacionales en baja los productores necesitarán vender parte de su producción para cubrir costos, con una percepción de atraso cambiario el incentivo de productores y exportadores podría ser a quedarse en granos».
«De hecho, el incentivo propuesto a las exportaciones a través de un tipo de cambio diferencial (liquidar 80% al valor del mayorista y 20% al del CCL) se fue diluyendo, tanto por la apreciación del dólar oficial como por la baja de la brecha cambiaria, que se sostiene actualmente en torno al 20%», aseguró la consultora, y sostuvo que «esta situación es relevante especialmente en un contexto donde las autoridades precisan incrementar las reservas internacionales, hoy en niveles muy escasos de – u$s2.500 millones las netas».
En sintonía, la consultora EconViews alertó que un tipo de cambio real bajo genera varias dificultades: «En primer lugar, el incentivo de los exportadores a liquidar será menor, lo cual conspira contra el objetivo de acumulación de reservas. Estamos entrando en la época de la cosecha gruesa que es cuando más se liquida. Sin embargo, desde la primera vez que se implementó un tipo de cambio diferencial (septiembre 2022) quedó claro que los exportadores pueden esperar para liquidar si ven que más adelante hay un mejor premio».
Y advirtió que «otro problema es que se sobre estimulen las importaciones; si los agentes perciben que el dólar está barato, van a tratar de importar tanto como sea posible, inclusive por encima de lo que requiera la economía para funcionar bien».
«Lo que pasó en 2017 es un buen ejemplo de esto. Ese año el tipo de cambio real promedio fue similar al que tendríamos a fines de junio. El déficit de cuenta corriente llegó al 4.7% del PBI en el cuarto trimestre de 2017 e hizo un 250 máximo en el tercero del 2018 (7.2%). Acá no solo pesó el déficit en la cuenta de bienes, los servicios también tuvieron un papel importante. Viajar al exterior era barato y la gente lo aprovechó. Después de ese periodo de dólar bajó, el mercado lo percibió como insostenible y terminó ajustando por la fuerza», recordó.
Alertan que el atraso cambiario podría afectar la liquidación de la cosecha gruesa
Por su parte, el ex ministro de Economía, Domingo Cavallo, señaló que, si el ritmo del crawling peg activo no se ajustará a un ritmo más cercano a la tasa de inflación, los costos de producción en dólares tenderán a aumentar hacia niveles que desalentarían las actividades de exportación y las sustitutivas de importaciones, poniendo en peligro el superávit comercial luego que se agoten las divisas generadas por la cosecha gruesa y los stocks de insumos importados.
La consultora LCG alegó que «la expectativa de una mayor baja de precios de los commodities juega a favor de la liquidación, pero un mayor atraso, con precios que todavía se mueven a un ritmo muy superior al 2% del crawl puede empezar a generar tensiones», ya que «mayores expectativas de devaluación podrían incidir en menores liquidaciones y en renovadas presiones sobre las cotizaciones paralelas».
De igual diagnóstico, Equilibra enfatizó que «aunque es probable que la inflación baje a un dígito mensual, la suba de precios seguirá superando pro varios puntos el deslizamiento al 2% mensual del dólar oficial en el segundo trimestre, por lo que TCR se ubicaría a mediados de año 20% debajo del equilibrio señalado por el FMI».
En ese marco, la consultora esgrimió que «el principal efecto no deseado del atraso cambiario es el desincentivo para liquidar exportaciones, lo cual podría impactar no solo sobre la acumulación de reservas netas, dificultando aún más un potencial levantamiento o flexibilización de los controles cambiarios, sino también sobre la calma en las cotizaciones financieras, dado que el 20% de las exportaciones se liquidan al CCL«.
La economista Natalia Motyl afirmó que «el TCR está apreciado y lo ves en la compra de productos en países limítrofes de argentinos», dijo que «eso es insostenible» y auguró que «en la medida que salgamos de la época de liquidación eso va a presionar a los dólares» financieros.
«Veo una incompatibilidad de objetivos entre mantener un tipo de cambio real competitivo, que siga trayendo dólares, salir del cepo y mantener el dólar planchado». Y auguró que «hoy todo el mercado descuenta que habrá corrección cambiaria antes del segundo semestre. Muy probablemente liquiden menos de lo esperado».