La vida de San Lorenzo pasa por fuera del campo de juego. Los llamados telefónicos para establecer conversaciones que se proyecten en negociaciones para sellar al reemplazante de Rubén Insua, el objetivo del presidente Marcelo Moretti y el vocal y hombre fuerte del fútbol profesional, Néstor Ortigoza. En la cancha, y ya sin posibilidades de clasificarse para los playoffs de la Copa de la Liga, cerró su participación con un empate 0 a 0 frente a Central Córdoba, de Santiago del Estero, en el estadio Madre de Ciudades.
El despido de Insua, el hombre que actuó como salvavidas, recompuso deportivamente al Ciclón hasta clasificarlo para la Copa Sudamericana 2023 y la Copa Libertadores 2024, todavía no tuvo un cierre, porque no hay un acuerdo económico. El entrenador renovó el vínculo, por dos temporadas, en enero pasado. Resolver la salida y encaminar a su sucesor, una consigna que en el Bajo Flores pretende darle un corte esta misma semana. Por ahora, Luis Zubeldía dio una respuesta negativa; Nicolás Larcamón –recientemente despedido de Cruzeiro- no se enseñó entusiasmado y el guiño que desean recibir de Gabriel Heinze por estas horas no tiene robustez y empieza a haber sensación de algo lejano. ¿Una alternativa? Matías Biscay, ayudante de campo de Marcelo Gallardo.
El empate sin goles en el estadio Madre de Ciudades
Una variante dispuso Leandro Romagnoli, respecto de la alineación que utilizó Insua en la caída con Independiente del Valle, por la Libertadores: ingresó el juvenil Medina –un enganche clásico- para sustituir a Iván Leguizamón. El dibujo 4-2-3-1 y el intento de jugar al ras del piso desde la salida, algunos retoques del DT interino; las proyecciones Agustín Giay y Malcolm Braida –asociándose con el Perrito Barrios- y la movilidad de Adam Bareiro por todo el frente de ataque, repeticiones del reciente pasado. La imagen del primer tiempo no resultó demasiado diferente al ciclo que se cortó: una corrida de Braida que controló el arquero Luis Ingolotti y un cabezazo desviado, alto, de Bareiro, las aproximaciones para romper el marcador.
De un inicio prometedor a consumirse de modo intrascendente y hasta agrietarse en el retroceso, frente a las rápidas salidas que ejecutó Central Córdoba para lastimar. Los santiagueños también intentaron romper por las bandas, con Thiago Nuss y Mateo Sanabria, que asistió a Rodrigo Atencio, quien en el área menor quedó en la indefinición de controlar y rematar, lo que desarticuló el peligro. Las modificaciones para intentar cambiar el rumbo del juego en San Lorenzo asomaron con los ingresos de Erik Remedi –de escasa continuidad con Insua y que se ganó con rapidez la amonestación- y el paraguayo Leguizamón, que provocó el retraso de Giay a la defensa.
Un póquer de nombres de corte ofensivo imponía el Ciclón, aunque faltaban las asociaciones, juntar pases, romper con la pelota y no con lanzamientos para alguna corrida. Sin profundidad a través del juego, Romagnoli empujó a Christian Tarragona y a Ezequiel Cerutti para renovar la ofensiva, aunque las modificaciones enseñaron ímpetu y energía y escaso desequilibrio. La última ventana de cambios la selló con el colombiano Diego Herazo, desparramando a los tres N°9 en el campo de juego. Fue el colombiano quien aprovechó un envío largo del arquero Altamirano y a punto estuvo de romper la igualdad.
La vereda de la recomposición para no sufrir con el descenso, ese que se define a fin de año pero que se juega durante todo el calendario, es la obsesión de Central Córdoba. Ya sin Abel Balbo como conductor, Juan Carlos Pollo Roldán tomó el cargo para cerrar la Copa de la Liga. Ignacio Galván, debutante, un producto de las divisiones inferiores del Ferroviario, una de las cinco modificaciones que se ensayaron para medirse con el Ciclón. Lucas Pusineri, Guillermo Farré, Sebastián Méndez y Omar De Felippe, que ya tuvo un paso por el club, conforman el póquer de apellidos que se establecieron para conducir en el torneo que empezará el 12 de mayo.
LA NACION