En un intento de desactivar el segundo paro general contra la gestión de Javier Milei, el ministro del Interior, Guillermo Francos, convocó para mañana a la tarde a la cúpula de la CGT a un encuentro en la Casa Rosada. Será el primer mano a mano oficial entre los funcionarios libertarios y los sindicalistas.
El encuentro con Francos, del que también participará el flamante secretario de Trabajo, Julio Cordero, se dará un día antes de la convocatoria que hizo la CGT a sus gremios para definir una protesta para el 1° de mayo, que consistiría en un acto con movilización a la Plaza de Mayo. Además, antes de asistir a Balcarce 50, un grupo de gremialistas recibirá a miembros del bloque de senadores de Unión por la Patria en su afán de reunir consenso legislativo para rechazar la reimposición de la cuarta categoría del impuesto a las ganancias.
“No se cuál es el interés de la convocatoria, pero es bueno q acepten dialogar de manera institucional”, valoró el llamado un jerárquico de la CGT consultado por LA NACION.
Francos y Cordero, que por entonces era abogado del Grupo Techint, tuvieron un primer cara a cara con la CGT cuando la gestión de Milei daba sus primeros pasos y se cocinaba la letra chica del Decreto de Necesidad y Urgencia 70/23, cuyo capítulo laboral, fue objetado en la Justicia. En aquella cumbre secreta, que se desarrolló en la sede de la Uocra, nada de lo que se conversó se reflejó horas después en el decreto presidencial. El avance de Milei con la reforma laboral por decreto fue considerado una provocación para los gremios, que sintieron amenazados por primera vez en mucho tiempo su poder de representación y recaudación. Ahora, el Gobierno pretende volver a la carga con una reforma laboral, aunque más light, sin avanzar contra la recaudación de los gremios. Es decir, no se atentaría contra la cuota sindical ni se desfinanciaría a las obras sociales.
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