La combinación de devaluación del tipo de cambio oficial, más pago escalonado de importaciones, más el dólar blend o exportador permitió al Banco Central recomponer en el primer trimestre parte de las reservas internacionales perdidas en 2023. En este contexto, el BCRA arrancó abril extendiendo la racha compradora, al registrar un saldo favorable de u$s245 millones por su intervención en el mercado cambiario.
La entidad monetaria acumula compras netas superiores a los u$s11.600 millones en la era Milei. Pero la decisión de mantener el crawling peg al 2% mensual en abril -lo que genera atraso cambiario- en el inicio de la cosecha gruesa genera algunas dudas sobre si habrá un nivel de liquidación que se traduzca en aumento de reservas.
Y es que además en abril habrá presión sobre las reservas dado que hay que afrontar pagos de vencimientos con el FMI. Según indicó un informe de Aurum Valores hay una cadena de pagos este mes «de u$s 2.800 millones hasta el 1 de mayo, lo que impactará en el stock que se logré conseguir a través del mercado libre de cambio». Y se irán normalizando los pagos de los importadores tras lo primeros meses de gracia que tuvo la entidad momentánea tras obligar a tener que pagar las importaciones en cuotas a 30, 60, 90 y 120 días.
Dólar oficial: ¿es competitivo?
El dólar mayorista sigue a una velocidad crucero que no supera el 2% mensual, el ritmo que mantiene desde la devaluación del 13 de diciembre que llevó al tipo de cambio desde $366 a $800.
Francisco Ritorto, analista de ACM precisó que «el tipo de cambio real (TCR) se apreció cerca de un 35% respecto a la devaluación de diciembre» y enfatizó que «se está perdiendo competitividad bajo el esquema actual, en donde el crawling corre al 2% mensual y la inflación continúa en los dos dígitos mensuales».
«A pesar de esa apreciación, el tipo de cambio real multilateral todavía se encuentra por encima -es decir es más competitivo- que el registrado en noviembre y los días de diciembre previo a la devaluación, lo que da un margen a sostener el crawling peg en caso de que la suba de la inflación sea cada vez menor», señaló.
El BCRA inició abril con compras netas por u$s245 millones en el mercado cambiario.
A su vez, el economista Amilcar Collante consideró que «el Gobierno ahora está priorizando el proceso de desinflación y va a mantener el crawling peg a costa de acumular un atraso cambiario importante». Y puntualizó que «el tipo de cambio actual ya es similar al dólar que tenía Macri a la salida del cepo de diciembre de 2015».
Asimismo, Tobías Pejkovich, economista de Facimex Valores sostuvo que «con una inflación que sigue navegando al doble dígito mensual, el tipo de cambio real se sigue apreciando a gran velocidad y ya se ubica por debajo del nivel que el FMI consideró como razonable en la séptima revisión del programa». Y destacó que «incluso el tipo de cambio exportador e importador también se ubican por debajo de ese nivel que el FMI considera apropiado».
La economista Natalia Motyl aseveró que «no es competitivo el TCR y eso lo vemos en la diferencia de precios con países limítrofes que genera mayor demanda de bienes fuera de Argentina; hoy el país es caro».
Por su parte, Juan Manuel Franco, economista jefe del grupo SBS destacó que «la semana pasada el presidente Milei sugirió que no habría modificaciones en el ritmo de crawling peg del dólar oficial, hoy en 2% mensual».
«De cara a la cosecha gruesa, creemos que habrá que seguir de cerca el ritmo de liquidaciones, considerando que, si bien el tipo de cambio real post devaluación fue de ‘overshooting’ no es menos cierto que se apreció considerablemente. Si a esto sumamos las retenciones, el tipo de cambio real efectivo para el exportador cae», recalcó.
En ese contexto, el experto alegó que «cada exportador evaluará según su propia perspectiva del TCR hacia adelante si le es conveniente liquidar o no, con los futuros de dólar hoy descontando un ritmo de crawl algo mayor para los próximos meses, aunque sin ser tasas de stress cambiario».
Milei criticó a quienes piden acelerar el ritmo devaluatorio, y sugirió que no habrá cambios.
Dólar oficial: ¿cuándo se aceleraría la devaluación?
Los analistas explican que hacia adelante el riesgo es que cuanto más se atrase el tipo de cambio, mayor va a ser la expectativa de una nueva devaluación y eso va a desalentar las exportaciones e incentivar las importaciones, haciendo más difícil la tarea de acumular reservas.
En ese sentido, Pejkovich prevé que «el BCRA seguramente mantenga el crawling peg al 2% mensual en abril, pero cree que en mayo-junio debería recalibrar la política cambiaria y llevarlo al 5 al 7% mensual para evitar una excesiva apreciación del tipo de cambio real».
De diagnóstico similar, Collante remarcó que «restan ajustes de precios relativos (de gas electricidad , entre otros) que van a mantener la inflación entre 8% y 12% estos meses y se puede acumular un atraso cambiario adicional de 15% a 20% más».
«Es muy probable que durante abril y mayo ingrese la liquidación, pero ya si en junio acumulan un atraso cambiario de hasta 20% más, puede que empiecen a subir las expectativas de devaluación y frenarse el proceso de liquidación, y al BCRA le empiece a costar más robustecer las reservas internacionales», auguró.
A su criterio, «como lo recomendó (el ex ministro de Economía Domingo) Cavallo tienen que mover el crawling a 4% al 5% mensual al menos para que no se siga atrasando el dólar tan fuertemente». Motyl concoró que «deberíamos hablar de un ritmo devaluatorio del 5% mínimo».
Para Javier Casabal, estratega de Renta Fija de Adcap Grupo Financiero, «la expectativa es que el crawling peg de 2% se mantenga durante abril, buscando consolidar la desaceleración de la inflación y continúa siendo nuestro escenario base hasta que la inflación caiga a un dígito».
Creen que el BCRA debería acelerar en mayo o junio el ritmo del crawling peg a un nivel de entre 5% y 7% mensual.
«Solo entonces el ritmo de devaluación podría elevarse cerca del nivel de inflación para impedir un atraso cambiario que ponga en riesgo la acumulación de reservas», especuló.
Reservas: ¿qué perspectivas hay para abril?
Ante el inicio de la llegada de la cosecha gruesa, los analistas prevén que el BCRA continuará en abril comprando divisas aunque algunos creen que podría desacelerar el ritmo comprador si se mantiene el crawling peg al 2% mensual, tal como sugirió el presidente Javier Milei la semana pasada al exponer en el International Economic Forum 2024 (IEFA) Latam donde criticó a quienes piden una aceleración del ritmo devaluatorio, y dijo que es «un absurdo en el contexto actual» .
Al respecto, Ritorto advirtió que «el camino de apreciación que ha tomado el tipo de cambio real puede ralentizar las compras del BCRA respecto a estos primeros meses; y además los pagos deudas y al FMI reducen el margen de compras netas por parte de la entidad».
Pablo Repetto, jefe de Research de Aurum Valores juzgó que «es un riesgo muy importante seguir con esta política cambiaria; ir creando un proceso de apreciación para el cual la economía local aún no está preparada es demasiado riesgoso».
«Hay oferta de divisas por ahora y trabas muy fuertes a las importaciones que deberían ir desapareciendo pero quizá sigan acumulando por ahora. Hay riesgo de retención de cosecha está, pero en principio la sequía del año pasado y el deterioro de los ingresos del sector va a obligar a algún grado de liquidación temprana por la necesidad de cubrir costos», estimó.
Pejkovich cree que «el BCRA va a continuar comprando dólares a un ritmo similar al de marzo producto de una mayor liquidación de exportaciones del sector agrícola con la llegada de la cosecha gruesa. En abril y mayo todavía va a haber cierto diferimiento de pagos de importaciones, lo que también le facilitaría al BCRA a sostener una posición compradora en el mercado de cambio», fundamentó.
Prevén que el BCRA en abril seguirá con racha compradora ante llegada de la cosecha gruesa, aunque podría desacelerarse el ritmo.
Por su parte, Motyl manifestó que «veo una incompatibilidad de objetivos entre mantener un tipo de cambio real competitivo, que siga trayendo dólares, salir del cepo y mantener el dólar planchado».
«Obviamente que la mayor cantidad de oferta deja con holgura la posibilidad de no incrementar el ritmo de crawling peg pero es una visión muy cortoplacista. Yo creo que puede haber una menor liquidación a la esperada. Hoy todo el mercado descuenta que habrá corrección cambiaria antes del segundo semestre. Muy probablemente liquiden menos de lo esperado», auguró.
En sintonía, el economista Federico Glustein comentó que «los productores agropecuarios están deseando una mejora en los términos de intercambio, para llegar, por lo menos, a los $1.200». Y esgrimió que «(El tipo de cambio) es competitivo pensando en el punto de partida, los $350 del año anterior, pero la acelerada inflacionaria borró parte importante del efecto. Creo igual que en abril habrá mejor liquidación de la cosecha por las necesidades del sector pero algunos podrán retener para tratar de presionar por una política particular o esperar a mejores precios internacionales y locales».
Por su parte, Franco subrayó que «el acceso al MULC por parte de importadores es escalonado desde diciembre, algo que ayudó al BCRA a acumular reservas». Y añadió que «ya en abril, algunos de estos pagos matchean con la cosecha gruesa por lo que si bien creemos que podrían acumularse reservas, el factor de la demanda privada en el MULC deberá ser monitoreado».
La consultora EconViews subrayó que «la normalización en los pagos de importaciones coincidirá con el momento en el que empiecen a entrar los dólares de la cosecha gruesa, por lo que el BCRA podrá seguir acumulando reservas». Y proyecta que hacia fines de mayo las reservas netas podrían volver a ver la luz y ubicarse en terreno positivo. Pero enfatizó que «es claro que la evolución dependerá en parte de la trayectoria del tipo de cambio real».
«Pensamos que para esta parte del ciclo económico, la Argentina necesita un dólar más alto; es cierto que se generaría un poquito más de inflación, pero no creemos que sería mucho más», evaluó. Y prevé que»en las próximas semanas se deberían hacer pequeños cambios al modelo que pueden generar grandes diferencias positivas».