El presidente Javier Milei aterrizó en Ushuaia pasadas las 23 horas para reunirse con la general del Ejército norteamericano Laura Richardson, jefa del estratégico Comando Sur, quien había llegado horas antes a la ciudad capital de la provincia de Tierra del Fuego. El vuelo del mandatario se retrasó 40 minutos, ya que fue desviado a Río Gallegos para recargar combustible.
Minutos después de haber aterrizado, el Presidente participó de un acto y dirigió un mensaje a la Nación. “Si bien esta visita no estaba programa en principio, no queríamos desaprovechar la ocasión para darle la bienvenida y expresar nuestro agradecimiento a ella y al gobierno de los Estados Unidos por el apoyo que le ha dado a este nuevo Gobierno”, comenzó. Y siguió: “Más allá de los vaivenes, los argentinos como pueblo tenemos una afinidad con los Estados Unidos”.
“Ambos pertenecemos a la tradición occidental, con una cultura, una historia política y una forma de vivir en sociedad en buena parte compartida. Una tradición que tiene en su base las ideas de la libertad, la propiedad privada, la vida, que fueron el estandarte de los padres fundadores de ambas naciones cuando diagramaron sus primeras constituciones”.
“Es una tradición que nos debería dar orgullo porque estas ideas enriquecieron a todos los países que las abrazaron y permitieron que la humanidad evolucionara a pasos agigantadas en estos últimos 300 años pasando de tener el 95% de la población mundial en la pobreza extrema en 1810 a solamente el 5% en 2020″, ejemplificó en un breve discurso.
“Tanto el pueblo de EE.UU. como el argentino tienen en común que cuando las adoptaron pudieron emprender las expansiones territoriales mas importantes de la historia de sus historias, a la altura de la ambición y vitalidad de sus pueblos. Tristemente la Argentina se apartó hace mucho tiempo de estas ideas e insisto por un siglo a valores contrarios de nuestros padres fundadores”.
“Queremos seguir fortaleciendo la relación de amistad y colaboración entre ambos países”, agregó Milei.
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LA NACION