La confesión del sospechoso y contradicciones: avanza el juicio por el asesinato del mago Alex y su novia

A cuatro años de los crímenes de Leonardo Fernández y Jéssica Cigola, comenzó el juicio que tiene en el banquillo de los acusados a los tres sospechosos de los asesinatos. El principal imputado buscó defenderse y aceptó haberlos matado, pero un detalle lo complica.

16 de noviembre 2023, 14:34hs

El pasado 8 de noviembre comenzó el juicio por el doble crimen de San Fernando en 2019. El mago Leonardo “Alex” Fernández y su pareja Jéssica Cigola fueron asesinados a golpes y puñaladas luego de un presunto intento de robo por parte de los socios del ilusionista.

Con el correr de la investigación, se conocieron detalles aún mucho más perversos que incluían drogas, dinero y negocios ilícitos que culminaron en dos muertes.

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Por el caso hay tres hombres detenidos, los hermanastros Rubén “Cashy” Grasso y Roberto Juan Alegre; y el remisero Alexis Miguel Bonnet, cuya participación, para el fiscal, está clara en el robo en la casa del mago, pero en el juicio oral deberá determinarse cuál fue su grado de vinculación respecto de los homicidios.

Ahora, en medio de la quinta audiencia del juicio, el principal acusado, Grasso decidió declarar y confesó haber matado al mago y a su pareja ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de San Isidro, que llevan adelante Esteban Andrejin, Osvaldo Rossi y Federico Ecke.

La confesión de Grasso

Al comenzar con su descargo, Grasso dijo que quería contar “la verdad”. En tal sentido, explicó que él conoció al mago en una fiesta en Nordelta organizada por Germán y Cristian Heredia y que tras ello comenzaron una relación de negocios ilícitos en los que le daban dinero y droga a cambio de trabajo. “Yo era el encargado de realizar los diseños de los dólares”, dijo en relación a los billetes falsos que fabricaban junto con tarjetas de créditos, documentos y títulos universitarios.

Sin embargo, el imputado admitió que tenía un “arreglo” con los Heredia en el que no estaba incluido Fernández y que esto lo molestó. Es por eso que con el correr de los días, el mago comenzó a insistirle para que se vean e incluso lo amenazó con un sicario. “Se notaba que tenía una gran expectativa por las ganancias del negocio, que superaban el millón de dólares”, continuó.

Fue en ese contexto cuando comenzó a detallar lo que ocurrió la noche de 23 de octubre. El mago llegó a su departamento, ubicado en la localidad de San Fernando, junto a Jéssica Cigola, su novia.

Allí discutieron porque Grasso no realizó un trabajo. La pelea fue subiendo de tono, según su declaración, y en determinado momento Fernández amenazó de muerte a su familia, lo que desató la furia del imputado. En el medio, el principal sospechoso del crimen remarcó en reiteradas oportunidades que “estaba muy drogado”.

La lucha culminó en el asesinato. El mago murió por la cantidad de golpes que le dieron. “Todo se fue de las manos. Mi hermano me lo sacó de encima y le pegó con un cortafierros que tenía arriba de mi mesa que lo usaba para sacar la batería de mi moto”, explicó.

Pero hubo un detalle que en el que Grasso se contradice y el cual no se relaciona con los resultados de la autopsia. El acusado asegura no recordar el momento en el que apuñaló a Cigola y considera que si lo hizo fue solo en una oportunidad porque su intención era solo matar a Fernández. “No fui a matarla a ella. Fue una pobre víctima que estuvo en el lugar y momento equivocado”, dijo en su alegato.

“Ella sí estaba ahí por error como dice él, pero en su declaración tiene contradicciones: dice que se peleó en la habitación con Fernández y que como mi hija le gritaba que lo suelte le pegó una piña y ella siguió forcejeando. Le sacó el ojo de lugar, no sé si podía haber seguido en pie ella. Dijo que la acuchilló una vez y la autopsia dice que tiene tres cuchillazos, múltiples golpes en todo el cuerpo y lesiones de defensa en las manos”, detalló Mariela Cigola, mamá de Jéssica, a TN.

“La confesión de él fue mas o menos una tomada de pelo, nos faltó el respeto a todos los presentes. No está obligado por ley a decirla verdad, pero esto es claro un intento de defenderse porque con todas las pruebas que se han presentado es imposible acortar las penas”, sostuvo Mariela.

En tal sentido, manifestó que considera que su confesión “le jugó en contra”. “Quiso presentar su supuesta verdad y no podía sostener las mentiras que estaba diciendo. Demostró que es un ser calculador”, sumó.

“Lo único real que dijo fue que los mataron, se hizo cargo de que los mataron y de la muerte accidental de mi hija, la cual no fue así. Todo el resto es mentira”, aseguró.

Grasso en su declaración remarcó muchas veces que estaba “muy drogado” y la mujer considera que esto fue utilizado como una especie de coartada. “Él fue el ideólogo, fue el que preparó todo y siempre tuvo la idea de robar y matar a Fernández”, señaló.

Con respecto al crimen de su hija, expresó que Jéssica “no tenía que haber estado ahí”. “Ella estaba en la casa de un amigo y como discutió con él se fue hasta la casa del mago y en el camino lo encontró, entonces fueron juntos a este departamento. Ella nunca fue parte del plan, podrían haber abortado la idea, pero no lo hicieron porque ya habían tomado la decisión”, lamentó.

En tal sentido sostuvo que los videos de las cámaras de seguridad muestran con claridad el accionar de los tres involucrados y considera que Grasso no solo mintió cuando dijo no recordar haber asesinado a Jéssica, sino que es probable que a ella la hayan asesinado antes que al mago. “Todas las pruebas apuntan a eso”, sostuvo.

“Espero la pena máxima, aunque me parece poca para delitos de esta índole porque realmente debería cumplirse la palabra perpetua y que no salga de la cárcel hasta que se muera por los rasgos psicológicos de estas personas. Son mentalmente destructivos, violentos, capaz de asesinar solo por dinero. Han tomado la decisión de asesinar a alguien en un momento equivocado, pero para ellos era lo mismo asesinar a uno o dos”, sentenció y sumó: “La violencia con la que fueron asesinados es terrible, las charlas que tuvieron después de matar son escalofriantes, se reían de lo que habían hecho”.

Además, se refirió al intento del imputado el salvar a su cómplice, Bonnet, a quien solo lo señaló como el “remisero” en toda la escena. Según afirmó Grasso, el conductor no sabía nada del doble crimen y solo lo habían contratado para “robar cocaína” guardada en la casa del mago, en Parque Patricios. “Él decidió irse con la camioneta del mago para no levantar sospechas, tuvo que ver en los asesinatos”, expresó Mariela.

“Para mí la condena es que sea de por vida y que la pasen muy mal. Tiene que ser equitativa con lo que hicieron. Mi hija nunca más va a sentir el sol y ellos hoy tienen demasiados privilegios”, lamentó.

Cómo cayeron los imputados

El video de una cámara de seguridad registró la llegada de la pareja aquella noche de jueves a las 0.47 y minutos más tarde, a la 1.02, llegaron los hermanastros en una moto y todos juntos entraron al edificio.

A la 1.37 los vecinos escucharon gritos y pedidos de ayuda. Llamaron al 911 y un patrullero se acercó al lugar. “Tocaron algunos timbres y como no se escuchaba nada, se fueron”, indicaron fuentes del caso.

Las autoridades volvieron al departamento del 2° A de la calle 25 de Mayo 1147 después de la denuncia por la supuesta entradera en Parque Patricios. Para entonces, el doble crimen ya se había consumado. En el lugar estaba todo revuelto y signos claros de una pelea.

Así fue el momento en el que escapaban del lugar los acusados.

El cuerpo de Cigola estaba en el dormitorio. A simple vista se advertía que había sido apuñalada por lo menos tres veces en el cuello con un cuchillo que el asesino abandonó allí mismo, sobre la cama.

En el baño había quedado la segunda víctima, el mago Alex. A él lo asesinaron a golpes con un caño industrial con un bulón en la punta, que también se encontró en la habitación, al lado del cuchillo con el que mataron a la mujer. El dato escalofriante que sumó la autopsia fue que ambos agonizaron alrededor de 20 horas antes de morir.

El DNI de Alegre fue encontrado en la casa de Fernández, donde se detectó además un faltante de US$150 mil. En tanto, el documento del mago lo tenían encima los hermanastros al momento de su detención.

En noviembre de 2020, Musso dio por concluida la investigación y pidió la elevación a juicio a la jueza de Garantías 3 de San Isidro, Andrea Rodríguez Mentasty. Para el fiscal, Grasso y Alegre fueron los coautores materiales de los crímenes, mientras que el grado de participación que tuvo el remisero Bonnet en el hecho se determinará en el debate.