Más marcas de indumentaria y cosmética se suben al marketing de bajar precios por el consumo retraído. Algunas buscan llamar la atención del público con esta estrategia y otras, recuperar ventas en silencio.
También anticipan las liquidaciones de la temporada de invierno, con abundantes stocks de abrigos por el frío que aún no llegó. Prometen que las rebajas se mantendrán, al menos, hasta el cambio de colección.
Apuntadas por las diferencias respecto de otros países, donde la ropa se consigue a mitad de precio, las grandes casas –especialmente las que tienen locales en shoppings– enfrentan una caída de ventas que se aceleró con la búsqueda por parte de los clientes de alternativas más baratas en negocios a la calle y outlets, y los tours de compras con un dólar barato que impulsa a los argentinos a volver con las valijas llenas.
Según la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), los precios subieron 4,5% en marzo (último dato disponible) versus febrero por el cambio de colección. Fue más que la inflación mensual de 3,7%, aunque contra marzo de 2024 subieron un 44,6%, por debajo del IPC de 55,9%.
Más allá de que conservan a sus fieles clientes, el negocio se les hace cuesta arriba con costos en alza, la carga impositiva persistente y la menor demanda. Según la Cámara, creció un 6,7% la venta de ropa en centros comerciales en el primer bimestre del año (último dato disponible), pero hay que tener en cuenta que enero y febrero de 2024 “fueron muy bajos”, señaló la entidad.
Superadas las trabas a las importaciones y la incertidumbre sobre el precio de reposición de la mercadería, los desafíos se invirtieron: ahora inciden la flexibilización a las compras personales online en el exterior y la apertura de la importación que copa las vidrieras: un 25% de las prendas terminadas que se venden en comercios legales ya provienen del exterior, según CIAI.
Entre enero y abril, ingresaron 63,6 millones de unidades por US$ 211 millones. La entrada creció en dólares 74% interanual, mientras que en cantidades subió 185%. A la par, la producción nacional cayó un 45%.
En este contexto, reacomodan los precios para abajo en función de la situación financiera particular de la compañía: algunas tienen más aire para achicar márgenes y otras necesitan vender más para afrontar costos.
Más marcas se suman a bajar los precios
La marca de ropa masculina Bowen –que tras la pandemia encaró un plan de expansión– tiene los mismos precios desde hace ocho meses y acaba de bajarlos entre 10% y 20% en algunos artículos, señaló, ante un otoño que se espera que termine con registros de temperaturas más altos del promedio histórico y el frío que todavía no llega.
También la marca de indumentaria masculina Rochas –que recientemente reabrió su local del Alcorta Shopping– redujo un 10% todos sus precios. “Las nuevas disposiciones arancelarias nos permitieron bajarlos hace 30 días”, afirmó sobre la disminución de aranceles a la importación de prendas terminadas y textiles que dispuso el Gobierno, y agregó que “las rebajas se mantendrán por la temporada”.
Por su parte, The Estée Lauder Companies Argentina, la filial de la multinacional estadounidense de cosméticos, explicó que hizo un reposicionamiento de precios, ajustándose a la realidad del mercado local. El 1° de junio entrarán en vigencia los nuevos valores, con bajas del 16% en los productos de Estée Lauder, 18% en los de Clinique, 25% en los de La Mer y Tom Ford, y 25% en los de MAC Cosmetics.
Otras anticipan sales con agresivos descuentos, como la de ropa infantil Grisino, que lanzó un 50% off y asegura que, más allá de las herramientas de marketing, “los precios netos están bajando”.
Se suman a los casos de las marcas de ropa masculina Equus y Etiqueta Negra. La primera bajó los precios 40% en varias prendas. Asegura que los retrotrajo a los de 2024 y prevé mantenerlos hasta la liquidación de la temporada en julio, cuando bajarían aún más. En tanto, la segunda los abarató 10% en una acción que calificó “inédita”. Fue a raíz de la baja de aranceles, que trasladó al cliente.
NE