Las intensas lluvias de las últimas semanas en la provincia de Buenos Aires, si bien causaron graves problemas para muchos, han sido una bendición para los aficionados a la pesca deportiva. El aumento del nivel de agua en lagunas, ríos y arroyos, incluso con desbordes como los registrados en Guaminí, ha revitalizado espejos de agua históricamente bajos. Un ejemplo es Chasicó, que ha recuperado una importante extensión de su superficie antes abandonada. En esta ocasión, nos centraremos en La Boca (conocida antiguamente como San Lorenzo por los pescadores más veteranos), parte del sistema integrado por Altos Verdes, La Boca y El Carancho. Tras años de sequía, esta laguna ofrece actualmente pejerreyes de gran tamaño, con la posibilidad de capturas sorpresivas.
Ubicada a unos 180 km de la Capital Federal, este ámbito dispone de buenos servicios y abundancia de especies calificadas como lo es el pejerrey y, en temporada de verano, la lisa. Este espejo, de aproximadamente 1.200 ha en su momento, actualmente impredecible de acuerdo a las lluvias caídas de manera consecutiva, se encuentra cubierto de agua y en muy buen nivel. Además, se encuentra situado entre la localidad de Pila y Castelli, a una distancia aceptable desde la ciudad de Buenos Aires, lo que lo vuelve una gran atracción para el aficionado. Accedemos a la laguna por el club Laguna La Boca, pesquero con ingreso en el Km 16 de la Ruta 41. Este punto nos permite una cómoda entrada por un canal que evita que nos mojemos o debamos hacer piruetas para entrar al agua. Viniendo desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el km 179,5 de la Autovía 2, se debe doblar a la derecha y recorrer 16 km por la Ruta Nacional Nº 41, antes de cruzar el arroyo San Miguel. Allí se encontrarán un camino de tierra que se toma hacia la izquierda y recorrer 2 km en línea recta hasta encontrarse con la entrada del club. Si viene por la Ruta 29, antes de llegar a la localidad de General Belgrano se hallan con la 41, allí girar a la izquierda y transitar por la mencionada hasta pasar el arroyo San Miguel y luego girar a la derecha en el primer camino de tierra, recorrer 2 km y encontrará el pesquero.
La pesca de pejerreyes es excelente: abundantes y de gran calidad, bien alimentados y con piques firmes y decididos. Sin embargo, es crucial clavar con precisión, ya que se desprenden si se les permite comer demasiado. Las capturas mejoran día a día. En cuanto al equipo, se recomiendan los habituales para esta especie, con boyas preferentemente bicolor (romboidales, de chupete o palito) que facilitan la detección del pique. La carnada ideal es la plateadita chica, aunque se pueden probar camarones locales. Para tentar a los matungos, presentes en la zona, es recomendable utilizar filetes de dientudo fresco cortados en finas tiras. En la laguna La Boca (o San Lorenzo), con la técnica adecuada, se asegura una excelente jornada de pesca y el cumplimiento de la cuota.
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