sábado, 8 febrero, 2025
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Declararon los policías que participaron de la persecución en la que mataron a Matías Paredes

Mientras la causa avanza y se esperan los resultados de las pericias balísticas, tres de los cinco policías detenidos por el asesinato de Matías Paredes (26) declararon ante el fiscal Alejandro Pelegrinelli. En sus testimonios, aseguraron que no dispararon durante el operativo realizado en la madrugada del jueves. En cambio los otros dos oficiales, Juan Molina y Emilio Flores, cuyos cargadores registraron disparos, decidieron no declarar.

Todos los policías seguirán detenidos y enfrentan cargos por homicidio agravado. Según informó el portal 0223, los que declararon justificaron su presencia en la zona bajo la orden de servicio dictada por el jefe departamental, comisario Mayor Edgardo Vulcano, para la búsqueda del prófugo Cristian «El Guachín» Monje, señalado como el asesino del kiosquero Cristian Velázquez.

Según trascendió, las armas de los tres policías que declararon estaban con la totalidad de sus municiones intactas, lo que por el momento esa prueba respaldaría los testimonios de que no dispararon. Sin embargo, aún se esperan los informes definitivos de las pericias para precisar quiénes fueron los autores de los disparos que impactaron en el cuerpo de Matías.

Una persecución absurda y un final trágico

Matías volvía con sus amigos de la presentación de la nueva camiseta de Alvarado, el club del que era fanático, cuando fue asesinado en plena calle. Viajaba en un Fiat Palio rojo junto a otros dos amigos cuando, de repente, un grupo de policías de civil en autos sin identificación los interceptó y les disparó. Matías recibió cuatro tiros y murió en el acto.

Todo sucedió a la 1.30 de la madrugada del jueves en la zona del barrio Bosque Grande, detrás del estadio mundialista. Según relataron los sobrevivientes, no se detuvieron porque pensaron que los querían asaltar. Los oficiales no llevaban uniforme ni circulaban en patrulleros. En las imágenes de las cámaras de seguridad se ve cómo una camioneta negra y un VW Bora gris rodean al Palio. Los jóvenes, asustados, intentaron escapar y ahí comenzaron los disparos.

La familia de Matías sostiene que lo confundieron con «El Guachín», porque al momento de su fuga llevaba puesta la camiseta de Alvarado, igual que Matías esa noche. Sin embargo, no había ninguna razón para el ataque.

Matías Paredes, el joven asesinado en una persecución policial.

Emanuel Astate, el amigo de Matías que manejaba el auto esa noche, también recibió un disparo en la espalda. Su testimonio a Clarín refuerza la versión de que nunca supieron que quienes los perseguían eran policías.

«Si no acelero, éramos tres los muertos», afirmó Emanuel. «Nos seguía una camioneta sin patente, cuando nos cruzaron el Bora y bajaron dos tipos armados, no podíamos saber que eran policías. Aceleré y ahí nomás empezaron los tiros», relató.

La herida en su espalda fue provocada por un proyectil 9 milímetros, lo que desmiente la versión inicial de que los policías usaron balas de goma. «Ni sé cuántos tiros tiraron, pero a Matías lo mataron a quemarropa. Después vi por el espejo a uno que seguía disparando con medio cuerpo afuera del auto, una locura», contó.

Cuando finalmente se detuvieron, pensaron que la Policía venía a ayudarlos. «Nos cruzaron un patrullero y dije: ‘Nos vienen a proteger’. Pero no, eran todos los mismos«, recordó Emanuel. Los oficiales los bajaron del auto y los pusieron de manos contra el capó. Mientras tanto, miraban a Matías dentro del auto y se agarraban la cabeza: «Sabían la que se habían mandado. Mataron a un pibe re bueno«. Los investigadores confirmaron que ni Matías ni ninguno de los amigos con los que viajaba en el auto tenían antecedentes penales.

Las marcas de las balas en la espalda de Emanuel, el amigo de Matías que manejaba esa noche. Foto Diego Izquierdo

Horacio Paredes, el padre de Matías, llegó al lugar y tuvo que pelearse con la Policía para poder sacar a su hijo del auto. «No me dejaban bajarlo, ni siquiera verlo. Pero lo bajé, pobrecito», contó con dolor. «Me lo mató la Policía. No va a quedar así», agregó.

El hombre, que trabaja en la construcción junto a su familia, ya había perdido a otros dos hijos. «A este me lo mataron ellos, no lo voy a dejar pasar», dijo. El caso sigue avanzando, pero las pruebas son contundentes. Matías, albañil y padre de una nena de tres años, fue asesinado en un operativo irregular y desproporcionado. Ahora, su familia y sus amigos exigen justicia para que su muerte no quede impune.

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