En agosto de 2025 se cumplirán seis décadas de uno de los incidentes más recordados y controvertidos en la historia de las Grandes Ligas: la pelea entre el pitcher dominicano Juan Marichal y el receptor estadounidense John Roseboro.
Ocurrido en pleno partido entre los San Francisco Giants y Los Angeles Dodgers, el enfrentamiento trascendió los límites del deporte, al marcar a una generación de aficionados y jugadores.
El 22 de agosto de 1965, Giants y Dodgers, históricos rivales desde su época en Nueva York, competían en una intensa carrera por el título de la Liga Nacional. Los de Los Ángeles lideraban la tabla con un registro de 72-52, seguidos muy de cerca por los Milwaukee Braves y los de San Francisco.
La rivalidad entre ambos equipos ya estaba al rojo vivo, exacerbada por choques menores en juegos previos y un contexto social complejo, con los disturbios de Watts en Los Ángeles y la guerra civil en República Dominicana como telón de fondo.
Ese día, el estadio Candlestick Park de San Francisco se llenó para presenciar un duelo de titanes en el montículo: Juan Marichal, estrella de los Giants, y Sandy Koufax, as de los Dodgers, ambos favoritos al premio Cy Young. La atmósfera era tensa, con ambos equipos conscientes de lo que estaba en juego.
La chispa que encendió el enfrentamiento se dio cuando Maury Wills, de los Dodgers, abrió con un toque de bola que enfureció a Marichal, quien lo consideró un gesto desleal.
Luego de eso, Marichal respondió con un lanzamiento pegado a Wills, obligándolo a tirarse al suelo. En el turno siguiente, Koufax devolvió el gesto con un lanzamiento alto contra Willie Mays, estrella de los Giants.
La tensión aumentó cuando Marichal lanzó una recta cerca de Ron Fairly, lo que generó advertencias del árbitro Shag Crawford a ambos equipos. Sin embargo, el punto de quiebre llegó cuando dominicano tomó su turno al bate.
Mientras Marichal esperaba el siguiente lanzamiento, el receptor John Roseboro devolvió la pelota al montículo con un tiro tan cercano que este afirmó sentir el viento en su oreja. Según el dominicano, interpretó el gesto como una amenaza directa.
Roseboro se levantó del suelo con los puños listos, lo que llevó a Marichal a reaccionar golpeándolo en la cabeza con su bate. En un video de la MLB, por el 50 aniversario del hecho, el dominicano admitió: “Fui directamente hacia él y le aplasté la cabeza. Toda la sangre comenzó a correr”.
El impacto abrió una herida de dos centímetros en la frente de Roseboro, quien comenzó a sangrar. La escena desencadenó una pelea campal que involucró a jugadores de ambos equipos y duró catorce minutos.
La pelea trajo repercusiones significativas. Marichal fue suspendido por ocho juegos y multado con una suma récord en ese momento. Su ausencia afectó el rendimiento de los Giants, quienes perdieron la lucha por el banderín de la Liga Nacional ante los Dodgers.
Por su parte, Roseboro recibió catorce puntos de sutura, pero mostró una actitud sorprendentemente conciliadora tras el incidente. Años más tarde, ambos jugadores hicieron las paces y formaron una amistad duradera.
Roseboro incluso abogó públicamente para que Marichal fuera incluido en el Salón de la Fama, y el dominicano se convirtió en portador del féretro en el funeral de su amigo en 2002.
A pesar de su naturaleza violenta, el episodio, llamado “Batalla de Candlestick”, quedó como un recordatorio de los extremos a los que puede llegar la rivalidad en el deporte. En la actualidad, el incidente sigue siendo un tema recurrente en los análisis históricos de la MLB, no solo por su impacto en el campo, sino por la reconciliación posterior de sus protagonistas, un ejemplo de madurez y redención personal.
La MLB destacó en 2015 la importancia de contextualizar estos eventos en su época y aprender de ellos. A sesenta años de aquel enfrentamiento, el legado de Juan Marichal trasciende la violencia del momento, recordado tanto por su genio en el montículo como por su capacidad de enmendar el pasado.