sábado, 18 enero, 2025
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Entrevista de La Derecha Diario a Miguel Ángel Toma por el asesinato a Alberto Nisman

En una conversación exclusiva con La Derecha Diario, Miguel Ángel Toma, ex titular de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) de Argentina, reflexionó sobre los episodios que marcaron la historia reciente del país.

Toma ofreció su mirada sobre la creación de la Unidad Fiscal AMIA (UFI-AMIA) en 2003, un hecho decisivo en la búsqueda de justicia por el atentado terrorista más grave ocurrido en territorio argentino. Además, compartió detalles sobre el rol del fiscal asesinado Alberto Nisman, quien se convirtió en una figura central en la causa.

La entrevista, Toma abordó desde su vínculo con Jaime Stiuso y Nisman, hasta las tensiones internas dentro de los servicios de inteligencia argentinos. También ofreció su mirada sobre la figura de Diego Lagomarsino, el hombre que le entregó el arma a Nisman, y sobre las decisiones judiciales recientes que descartan la hipótesis de suicidio en el caso del fiscal.

| La Derecha Diario

Con su amplia experiencia en inteligencia y una visión crítica sobre los manejos políticos de las investigaciones, Toma reflexionó sobre la importancia de esclarecer estos hechos.

La entrevista a Miguel Ángel Toma

Sobre la creación de la UFI Amia en el 2003, ¿Cómo se gestó? ¿Cómo se dio? ¿Por qué fue Nisman la persona seleccionada?

«Bueno, siendo yo secretario de inteligencia, tomamos contacto y se incorporó al diálogo permanente, en virtud del decreto que había firmado Carlos Menem, de que la secretaría de inteligencia era auxiliar de la investigación de la causa amia, en aquella oportunidad Nisman era fiscal en el juicio que se estaba haciendo en la provincia de Buenos Aires contra los que habían vendido la Traffic a Rabbani para para la explosión, para concretar el atentado, concretamente Ribelli y varios incluso policías de la provincia de Buenos Aires.

A partir de eso, obviamente y por la función que tenía la secretaría, estaba en contacto con el fiscal que operaba en ese juicio que era Alberto Nisman. Consecuentemente ahí tomamos contacto y tuvimos una relación muy concreta y muy profesional con él. A raíz de eso, y ya terminando el mandato de Eduardo Duhalde como presidente, yo tengo una reunión con él y le sugiero a Duhalde la creación de una fiscalía específica que investigara expresamente la causa del atentado a la Amia.

Duhalde me dice bueno mirá, ya estamos terminando nuestra gestión, me parece bien la idea, pero no tiene sentido que la constituyamos ahora. Yo le digo bueno, pero lo que sí podemos hacer es sugerirle a Néstor Kirchner, que ya había sido electo como presidente, que lo hiciera.

Duhalde hace esta conversación con Kirchner, a quién le pareció bien la idea, y un tiempo después, ya en el 2004, Kirchner crea la UFI Amia y acepta la sugerencia de que fuera Alberto Nisman el responsable de esa nueva fiscalía, y da un paso más Kirchner, planteando claramente, cuando hace la constitución de la UFI AMIA, que sea el Director de Operaciones de la Secretaría de Inteligencia, Jaime Stiuso, el que de alguna manera fuera el principal apoyo de Nisman en la investigación, incluso lo define el propio Kirchner como el oficial de inteligencia que más conoce todo el proceso del atentado a la Amia. Esa fue la génesis del nombramiento de Alberto Nisman».

Usted comenta sobre el «trinomio» con Jaime y el fiscal Nisman. ¿Cómo era esa relación teniendo en cuenta que años después empezaron a ser una suerte de piedra en el zapato para Cristina Fernández de Kirchner?

«Cerca del 2010, por poner una fecha, el gobierno de Cristina Fernández decide un cambio fundamental en el realineamiento geopolítico, se aleja de occidente y comienza un acercamiento muy estrecho a Rusia, a China, a Irán, concretamente a Irán, en el plano internacional, y en el plano latinoamericano con los peores, con Venezuela y Chávez en su momento, con Cuba, con todavía Fidel al frente, con Nicaragua y Ortega, con Ecuador siendo Correa presidente, y con Bolivia siendo presidente Evo Morales.

Todo este nuevo alineamiento implicaba gestos fuertes, uno de esos gestos estaba vinculado precisamente a Irán. Es decir, necesitaba de alguna manera reformular todo lo que era la investigación del atentado a la AMIA que demostraba palmariamente la responsabilidad de Irán y de Hezbolá tanto en la preparación como en la ejecución del atentado.

Obviamente esto se materializa a través de las reuniones que comienza a mantener el canciller Timerman en Alepo, en Siria, en el 2010, con el canciller iraní, y de ahí surge la constitución del famoso memorándum, que en definitiva consagraba la impunidad de Irán, porque evidentemente implicaba de alguna manera levantar las circulares rojas que pesaban sobre algunos funcionarios de altísimo nivel del gobierno de Irán, que le impedían trabajar fuera de Irán, porque obviamente una circular roja es lo que pide la captura si alguna persona ingresa fuera de su territorio.

Obviamente esto va in crescendo, y llega al año 2014 donde ya era imposible la aprobación y la ejecución del memorándum, y tanto Nisman como Stiuso y la Secretaría de Inteligencia seguían aportando pruebas y elementos demostrando la responsabilidad de Irán y Hezbolá en el atentado.

Es así como deciden sacarse la piedra del zapato. Por un lado, hacen una enorme purga en la Secretaría de Inteligencia, donde echan a los mejores cuadros en cabeza de Jaime Stiuso, y obviamente terminan con la vida de Nisman. O sea, era necesario desmontar la estructura de inteligencia que apoyaban a Nisman y eliminar a Nisman.

Bueno esta es la génesis, tanto de una como de otra, de las atrocidades que cometió el gobierno de la época en función de esa decisión política».

¿Entonces podríamos decir que se tuvo que crear una suerte de contraespionaje contra los propios servicios de inteligencia argentinos para ver quiénes eran «enemigos»?

«Sí, lo que se formuló fue una suerte de estructura ilegal y paralela, en cabeza militar, conducida por quien era el jefe de la jefatura dos de inteligencia de ejército, César Milani. Es muy simple el mecanismo, y se lo verifica simplemente analizando las asignaciones presupuestarias de los años 2010 al 2014.

Mientras la estructura de inteligencia civil, que era el apoyo de Nisman, prácticamente es desfinanciada en este periodo, se incrementa el presupuesto de la estructura de inteligencia militar en un 136%, en un país que no tiene hipótesis de conflicto, que es para lo que está dedicada la inteligencia militar.

Consecuentemente queda claro que lo que se estaba generando era una estructura, insisto, ilegal y paralela, en cabeza militar, como los mejores tiempos de la dictadura y del terrorismo de Estado, que se convirtió en un instrumento de control y de represión social, el carpetazo, el seguimiento y, entre otras cosas, la preparación y ejecución del asesinato de Alberto Nisman».

¿Quién fue Diego Lagomarsino? ¿Por qué le entregó el arma a Nisman? ¿Quién fue la fiscal Fein y por qué fue removida del cargo?

«Yendo a la parte operativa de cómo se desarrolló todo el proceso del asesinato, era obvio que para justificar la idea del suicidio, que era el mecanismo de cobertura del asesinato, había que colocar en la escena del crimen un arma trazable, es decir un arma de la cual alguien se hiciera responsable, porque si se ejecutaba el asesinato intentando encubrirlo como un suicidio y el arma que se utilizaba era un arma trucha, es decir con la numeración limada o que no se conocía su origen, obviamente la hipótesis del suicidio ya empezaba mal concebida, entonces necesitaban que alguien se hiciera cargo y justificara la existencia de ese arma. El arma la coloca Lagomarsino y sostuvo que Nisman se la había pedido.

Después de haber hecho los cruces telefónicos, que se hicieron a posteriori, quedó determinado que no es Nisman que lo llama a Lagomarsino, sino que es Lagomarsino quien lo llama a Nisman y Nisman le responde el llamado.

Obviamente todo el argumento que utiliza Lagomarsino para justificar la entrega es absolutamente falaz, y queda claro además que ya Nisman era objeto de un seguimiento permanente, por parte de esta estructura ilegal y paralela, como quedó demostrado con las filmaciones de su seguimiento cuando ingresa, por ejemplo, a Ezeiza, proveniente, pocos días antes de su asesinato, de Europa.

Eso en cuanto al rol de Lagomarsino, un personaje oscuro sin duda, y que va a quedar muy comprometido, como de hecho ya lo está, en la investigación que se está desarrollando.

Con respecto a la fiscal Fein, obviamente una persona absolutamente poco idónea para manejar una investigación de esta naturaleza, cometió errores muy grandes. Primero llegó muy tarde a la escena del crimen, la escena del crimen ya estaba invadida por, como dijo un perito forense muy prestigioso, una «manada de búfalos», que intencionalmente destruyó la escena del crimen, como lo demuestran todos los videos de la época y las fotos obtenidas.

A Fein le quedó grande el caso, quería terminarlo rápido, y para terminarlo rápido de cualquier manera quería establecer que se trató de un suicidio. Bueno, obviamente luego fue separada, y lamentablemente por su impericia, yo no creo que hubiera mala intención en esta mujer, creo que era una inútil simplemente, que le quedaba grande una investigación de esta naturaleza, terminó justificando toda la aberración que se había cometido en la escena del crimen como acabo de señalar.

Fein para mí es una de las responsables, no por intencional, pero sí responsable por no haber actuado por omisión, en todo el proceso de destrucción de la escena del crimen. Tendría que haber echado a todo el mundo ni bien llegó, y llegó tarde como acabo de señalar, y solamente bajo su supervisión para que trabajaran los peritos para levantar todos los elementos probatorios, las huellas que pudieran existir. El no haberlo hecho es una de las causas por las cuales está tan demorada, lamentablemente, la investigación sobre el asesinato de Nisman».

¿Le gustaría darnos una reflexión final sobre lo que sucedió con Nisman y sobre estos nuevos avances que hay en la justicia, que recientemente reafirmó que no fue un suicidio?

«Sí, es muy interesante, para cambiar ya definitivamente el rumbo y encaminarlo por la vía de la verdad, el segundo examen forense de peritaje que se hace en gendarmería, y que establece claramente que Nisman fue asesinado, y que fueron dos las personas que ingresaron para cometer el asesinato.

Además, recientemente la declaración que ha hecho la Cámara Federal, en cabeza de los doctores Barroetaveña y Mahiques, ratificando el asesinato de Nisman, de que se trató de un magnicidio, al mismo tiempo que ratifica la responsabilidad de Irán y Hezbolá en la voladura de la Amia, que es precisamente lo que investigaba Nisman.

De ahí queda claro que el asesinato de Nisman es consecuencia de su acción como fiscal que investigaba el caso, y por eso se constituye en un magnicidio, que además debe ser investigado, a diferencia de lo que ocurrió en el principio, por la Justicia Federal, de manera que esto me parece un avance muy importante.

Y lo segundo es que recayó la investigación en el fiscal Taiano, que creo que ha avanzado muy consistentemente, es un fiscal muy prestigioso, en el sentido de incorporar elementos probatorios y pedir medidas de prueba, que sin duda van en la dirección correcta. Yo creo que estos dos elementos son centrales en la esperanza que tenemos de que se establezca quiénes fueron los responsables y se los condene».


Agradecemos profundamente la gentileza de Miguel Ángel Toma por brindarnos la entrevista.

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