«Salgan a denunciarlos, vamos a bancarlos». Luis Caputo fue directo. La situación ocurrió hace dos semanas durante una reunión en la que un grupo de terminales automotrices se quejó por la suba de tasas municipales y el ministro de Economía respondió con ese llamado de guerra contra los intendentes bonaerenses. La charla ilustra algunos de los desafíos que enfrenta por estas horas la reforma tributaria en la que trabaja el equipo económico.
Desde el Pacto de Mayo, Javier Milei impulsa un cambio drástico del régimen tributario, incluyendo la rediscusión de la coparticipación federal. Y en los últimos días, volvió a reflotar la idea de eliminar «cerca del 90% de los impuestos» nacionales para ir a un sistema que tenga «no más de seis impuestos». Uno de los que podría sobrevivir es el impuesto del 7% a los pasajes al exterior: el Gobierno lo prorrogó este lunes hasta el 2027.
En cambio, el gravamen a los débitos y créditos (conocido como impuesto al cheque) es uno de los primeros que debe «desaparecer», según la lista de Milei. Otro candidato es ingresos brutos, que depende de las provincias y requiere «otra reforma tributaria». «Para modificar la copa tiene que haber unanimidad o cambiar la forma de cobrar el impuesto, y unanimidad es imposible», reconocen en un despacho oficial.
Por otra parte, el mandatario cree es que es importante bajar el IVA, el principal puntal de la recaudación con un peso del 30% sobre el total. Y el mes pasado prometió que «atacará» las retenciones, un reclamo que sectores de la Mesa de Enlace reactivaron en las últimas horas ante la baja del precio internacional de la soja y la apreciación del dólar, en un contexto marcado por el reciente default de Surcos, Agrofina y Los Grobo.
Por lo bajo, los funcionarios reconocen que las medidas no serían inmediatas, pero son optimistas: «Lo que el Presidente dice lo hace ¿el tipo dijo o no dijo que va a bajar derechos a las exportaciones? Eso va a pasar». En las principales provincias agrícolas, los gobernadores creen que primero deberían reducir o eliminar retenciones, ya que no son coparticipables, mientras los industriales también exigen una baja de la carga impositiva.
Según un informe de IDESA, existen más de 150 impuestos y la presión tributaria total en 2024, sumando la nacional y provincial y excluyendo aportes y contribuciones a la seguridad social, ascendió al 20% del PBI. Dentro de esa masa, cinco impuestos explican el 87% de la carga tributaria, los cuatro principales nacionales (IVA, Ganancias, Cheque y Derechos de Exportación) y el principal de las provincias (Ingresos Brutos).
En ese marco, IDESA propone establecer un acuerdo de coordinación fiscal entre Nación y Provincias, sin necesidad de un apoyo unánime, mediante el cual el IVA se destine a las provincias y la totalidad de la recaudación de Ganancias a la Nación, y que IVA absorba Ingresos Brutos y tasas municipales y se reparta entre las provincias con el mismo criterio que actualmente se utiliza para distribuir Ingresos Brutos.
Economía consultó a algunos think tank sobre sus propuestas de reforma tributaria, como FundAr, que propone eliminar las retenciones a las exportaciones -lo que podría compensarse con el incremento que generaría sobre Ganancias e IVA-, unificar la alícuota de sociedades en 35%, un impuesto mínimo sobre ventas o activos, un adicional sobre renta de recursos naturales y eliminar la exención de inmuebles rurales en bienes personales.
Para el director de FundAr, Guido Zack, es un «error» contar la cantidad de impuestos para juzgar el nivel de distorsión, ya que advierte que hay «doble contabilidad». «No hay ningún contribuyente que se enfrente a 150 tributos, es falso», afirmó. Y cuestionó el plan de dejar en pie seis impuestos, ya que implica eliminar impuesto al alcohol, al tabaco y a los combustibles, destinados en general a desincentivar el consumo.