martes, 7 enero, 2025
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Hijos de la generación de la videocámara

El cambio generacional es inevitable. Una persona se convierte en mayor el primer día que pronuncia la fatídica frase que empieza con “En mi época” y termina con “era mejor”. En estos tiempos tan acelerados, la frase empieza a escucharse con demasiada frecuencia. Incluso entre gente que, por edad, está más cerca de los cambios que de las reacciones.

Es regla de la vida que cada nueva generación buscará diferenciarse de la precedente. Lo que ocurre en estos últimos años es que los cambios tecnológicos ocurren más rápido que el recambio generacional.

Las generaciones nacidas en este siglo vieron cómo las pantallas se aplanaban y la conectividad se volvía global. La capacidad de procesamiento que sus padres descubrieron en un computador les cabe en un teléfono de doscientos gramos. Aunque, en esencia, los usos actuales se gestaron antes.

Esta semana las redes resucitaron una portada de la revista Newsweek del 30 de diciembre de 1985. El título era “La video generación” e ilustraba el fenómeno con ocho personas portando al hombro aquellas cámaras portátiles que necesitaban un casete para grabar. Y buenos bíceps para cargarlas.

«Es regla de la vida que cada nueva generación buscará diferenciarse de la precedente. Lo que ocurre en estos últimos años es que los cambios tecnológicos ocurren más rápido que el recambio generacional»

La popularidad de esas cámaras se ilustraba poniéndolas en hombros de un cocinero, una anciana, un estudiante, un obrero, un hombre y una mujer con vestimenta formal, una niña y una joven con esas mallas de gimnasia ochenteras filmando un perro.

La escena viene a recordar que los milenarios no inventaron el registro en imágenes de su vida cotidiana, sino que son los hijos de la generación que filmó sus cumpleaños en VHS. Sus progenitores hoy publican fotos de hijos y nietos como imagen de WhatsApp, por si quedaba duda de quienes empezaron a registrar lo íntimo.

La nota central iba acompañada de otro titular que aludía a los jóvenes y MTV, un canal de música aparecido en 1981. Desde que esa señal introdujo el género del videoclip, ya no hay otra forma de presentar un tema musical que no sea con una historia contada en video.

Ese momento tuvo su apocalíptico en el politólogo italiano Giovanni Sartori, cuyo libro Homo Videns presagiaba en el subtítulo que la sociedad sería teledirigida. Desde 1997, año de la publicación de ese libelo contra la televisión, ese medio empezó a perder centralidad. El sambenito de la manipulación hoy lo cargan las redes sociales.

Los videoclubes que en los años noventa metieron el cine al televisor hoy se reinventan en las plataformas de alquiler. Y las bandas ahora estrenan sus videoclips en YouTube que, para muchas, es su principal canal de ingresos.

El primer clip que pasó MTV se llamaba “El video mató al ídolo de la radio”, mostrando que The Buggles resultaron más perspicaces de los ciclos de los medios que el tan citado Sartori. La cultura pop suele sintonizar las tendencias de su época con mejor nitidez que los adustos académicos que intentan predecir el futuro de los medios con teorías del pasado.

Si la sociología de Mafalda envejeció mejor es porque entendió que los reaccionarios se parecen en cualquier época. Como los de esa viñeta de Quino que pintaba a un carcamán indignándose de un melenudo al grito de “Esto es el acabóse”. A lo que ella le contestó “No exagere, sólo es el continuóse del empezóse de ustedes”.

Ningún cambio generacional se gesta sin mirar a aquel que desafía ni empieza de cero, aunque los jóvenes sientan que inventan la rueda y sus padres que era mejor la que ellos habían inventado. Desde esa innovación que hace que los adultos suelan tomar los hábitos de las nuevas generaciones como afrentas a su legado. Por suerte ya no se resuelven con duelos a la madrugada, sino con cancelación en las redes sociales.

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