Fabián Sturm Gardon, el hombre que fue asesinado en Recoleta, tenía un pedido de captura por un crimen narco en la provincia de Buenos Aires. Se trata de la misma causa por la que su papá, Teófilo, se encuentra detenido. La demora en la identificación de Gardon terminó por descubrir una causa donde pesaba un pedido de captura y por el que era buscado de manera intensa por la Policía bonaerense desde octubre de este año.
La víctima, un uruguayo de 42 años, estaba acusada de un crimen narco en Pilar. Según las autoridades a cargo del caso, una de las hipótesis tiene que ver con un ajuste de cuentas por una compra venta de autos «con la colectividad gitana». Este último dato explicaría la tardanza en la identificación del posible móvil del asesinato. Y es que, recién después del mediodía, su esposa se presentó en la fiscalía y lo reconoció, momento en que otorgó información clave que permitiría empezar a resolver el homicidio.
“Se había ido de la casa por miedo a que lo mataran”, contó la mujer frente a las autoridades. Al obtener su nombre completo, se pudo averiguar que sobre él pesaba un pedido de captura y que a fines de septiembre había sido atacado a tiros, también en Pilar, donde le robaron un millón de pesos.
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En el video, se ve a la victima descender del coche e ir hasta el kiosco, mientras que los sospechosos se quedan en el interior del vehículo. Tras el asesinato, el auto avanzó un poco hasta la esquina y ambos descendieron, observaron lo que sucedió con Sturn a los lejos, se volvieron a subir y escaparon..
Tras analizar las imágenes de las cámaras de seguridad, los investigadores pusieron especial foco en quienes llevaron a la víctima hasta su muerte: se trata de un hombre y una mujer que huyeron tras el ataque. Explicaron que podrían ser «entregadores». Son los mismos que llegaron con la víctima hasta el kiosko.
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Más pistas que acercan a una conclusión
En tanto, los peritos de la Policía Científica trabajan actualmente con el celular de la víctima. El problema es que este recibió un balazo durante el ataque, por los que los especialistas deberán quitar el plomo sin romper la memoria para recuperar los datos. Por otra parte, se descubrió que el Volkswagen Suran del que bajó el sicario tenía las patentes de un auto que había sido robado en el interior del país.
El dato crucial es que quien robó esas placas no usó guantes, según detallaron las fuentes del caso. Por ello, sospechan que podría haber huellas en el coche violentado, fundamentales para llegar al primer eslabón de la cadena delictiva: el que le proveyó la patente al sicario y, por qué no, el coche.
TC