Fráncfort (Alemania), 28 nov (EFECOM).- La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, considera que la Unión Europea (UE) debería negociar con el presidente electo de EE.UU., Donald Trump, en lugar de optar por una estrategia de represalias y una guerra comercial que no beneficiaría a nadie.
«Cuando se empieza a plantear una guerra comercial, pronto se puede ver una escalada que, en mi opinión, es negativa en términos netos. Esto no puede beneficiar a nadie, ni a Estados Unidos, ni a Europa, ni a nadie. Induciría una reducción global del PIB», asegura en una entrevista a Financial Times.
Lagarde explica que, el hecho de que Trump plantee una horquilla significativa -de entre el 10 y el 20 %- en cuanto a los aranceles sobre las importaciones europeas, indica que está abierto al debate.
Por ello, afirma que se podría optar por una estrategia de negociación, que sería más beneficiosa que una de represalias pura y dura, que lleve a un proceso de «ojo por ojo en el que nadie salga realmente ganador».
«Podríamos ofrecer comprar ciertas cosas a Estados Unidos y señalar que estamos dispuestos a sentarnos a la mesa y ver cómo podemos trabajar juntos», continúa.
Además, recuerda que, la última vez que hubo una amenaza de aranceles en Europa, el enfoque que adoptó la Comisión Europea (CE) fue el de sentarse y hablar: «No para tomar represalias, sino para negociar».
Lagarde sostiene que no está completamente segura de las consecuencias que podría tener una posible guerra comercial con Estados Unidos, ya que Trump no ha sido muy específico sobre el alcance y la base sobre la que se aplicarían.
«Si se combinan el descenso del PIB y la posible depreciación o apreciación del dólar, es extremadamente difícil de evaluar», según Lagarde.
En cualquier caso, avisa de que, quizá, podría provocar un poco de inflación a corto plazo, mientras que, a largo plazo, los aranceles serían negativos para el crecimiento global.
Además, estima que, en la actualidad, no se está viviendo una crisis europea, sino «un gran despertar», en el que los europeos tienen un desafío al que responder. EFECOM