A partir de las 18 de hoy, 140 instituciones representativas y filiales del Interior del país elegirán por voto indirecto al próximo presidente de la DAIA, la representación política de la comunidad judía en el país.
En un clima enrarecido por acusaciones cruzadas, pelearán por la sucesión de Jorge Knoblovits (finaliza seis años de gestión al frente de la entidad) el joven dirigente oficialista Mauro Berenstein y el opositor Darío Epstein, financista y consultor, además de exasesor económico y amigo personal del presidente Javier Milei. Está previsto que los resultados finales se conozcan a partir de las 21, aunque podría haber una nueva elección inmediatamente después, si el ganador no alcanzara al menos el 60 por ciento de los votos.
Cerca de ambos dirigentes confían en alcanzar hoy el triunfo, y poner de ese modo fin a una campaña que despertó inusual interés. La lista vinculada al actual oficialismo, que cambió de candidato presidencial en mitad de la campaña luego de la renuncia de Marcos Cohen, viene haciendo especial hincapié en los “peligros” que encierra un triunfo de Epstein por su cercanía con Milei, una cercanía que el financista no se esfuerza en ocultar.
Por el contario: el exasesor económico de Milei-en su entorno aseguran que tienen 88 votos en su favor-salió a responder las críticas, asegura que esa cercanía traerá beneficios, y promete fondos para nuevos proyectos comunitarios, a caballo de sus contactos con el mundo de las finanzas. “Mi compromiso es claro e inquebrantable: defender nuestra institución de intereses personales y exponer cualquier práctica desleal que pretenda apropiarse de espacios que deben servir al bien común. No se trata solo de una promesa electoral; es un compromiso moral con nuestra comunidad”, afirmó Epstein ayer, en un mensaje a la comunidad. En su entorno, y a modo de contraataque, señalan los vínculos de integrantes de la lista de Berenstein con el gobernador bonaerense Axel Kicillof, y su intención de “diluir la DAIA” para fortalecer la AMIA, conducida por un sector de la ortodoxia que apoya al continuismo.
Cerca de Epstein aseguran tener el voto “de las filiales del Interior”, un sector de la ortodoxia -Epstein tiene sólidos lazos con Jabad Lubavitch– y la mayoría de las entidades socio-deportivas. Señalan la “inexperiencia” de Berenstein, que no ocupó cargos ejecutivos en entidades centrales comunitarias, como una falencia que las instituciones deberían tener en cuenta a la hora de la votación. Y reafirman que los múltiples gestos de cercanía y decisiones que tomó Milei -apoyo irrestricto a Israel en su conflicto con Hamas, decisión de trasladar la embajada a Jerusalén, designación del rabino Axel Wahnish como embajador- son “positivos para la comunidad”.
Desde el búnker que sostiene la candidatura de Berenstein hablan de una elección “pareja” aunque confían en ganar, e intentan a la vez refutar los argumentos de quienes los desafían. “Pasar de la comunidad a la política nacional es difícil, pero pasar de lo nacional a lo comunitario lo es más todavía”, insisten desde la actual conducción. Además de Knoblovits, sostienen la candidatura de Berenstein los rabinos Eliahu Hamra (rabino ortodoxo y parte de la conducción de la AMIA) y Alejandro Avruj, hoy líder espiritual de la exitosa comunidad Amijai. Un tercer religioso, el exministro de Ambiente de Cambiemos Sergio Bergman, puso sus fichas en el triunfo de Epstein a través de las instituciones que responden a su liderazgo.
Molestos, en el oficialismo adjudican al “entorno” de Epstein la reciente difusión en ámbitos comunitarios de un “carpetazo”: la militancia del hijo de Ricardo Furman, candidato a tesorero de la lista oficialista, en organizaciones pro-palestinas, un dato incómodo en tiempos de conflicto armado entre Israel y las organizaciones terroristas Hamas y Hezbollah.
Las instituciones comunitarias (clubes, sinagogas, escuelas) darán hoy su veredicto, en una de las elecciones más discutidas en la historia de la entidad, fundada en 1935 para luchar contra el antisemitismo.
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