La diabetóloga Verónica Santander destacó el crecimiento de la diabetes a nivel mundial en las últimas décadas y alertó sobre el aumento de casos en las infancias. La incidencia de la obesidad y la importancia de un buen tratamiento médico.
En el Día Mundial de la Diabetes, Riojavirtual Radio dialogó con la diabetóloga Verónica Santander quien ahondó sobre el crecimiento que esta enfermedad metabólica tiene en las últimas décadas y sobre cómo impacta en la salud de las personas.
«La diabetes, que se caracteriza por un aumento anormal de la glucosa en sangre, es una enfermedad que al principio es silenciosa pero cuando el azúcar está muy alta empiezan aparecer algunos síntomas clásicos como son un aumento de la sed (sed excesiva), aumento de la cantidad de orina, boca seca, pérdida de peso inexplicable, calambres, sensación de cansancio y visión borrosa», precisó Santander.
La diabetóloga dijo que se calcula que entre el 10 y el 12% de la población mundial tiene diabetes. «Esa cifra va en ascenso porque la obesidad va en ascenso», alertó.
En este punto, sostuvo que la diabetes y la obesidad «son enfermedades que van de la mano». «No todo obeso es diabético, pero un gran porcentaje de obesos tienen diabetes», acotó.
Además, Santander mencionó que en el último Congreso Argentino de Diabetes se informó que entre 2002 y 2018 en la Argentina se duplicó la cantidad de niños con diabetes tipo 2. «Hay que tener en cuenta que esta estadística es hasta 2018 pero luego de eso vino la pandemia. Todavía no tenemos los datos actuales, pero se calcula que la cifra ya es mucho peor», subrayó.
La especialista recordó que la diabetes no tiene cura pero aclaró que con un tratamiento adecuado un paciente puede tener una vida normal. «Si la persona con diabetes están bien tratados pueden tener una vida normal y saludable», indicó.
A su vez, Santander destacó que hoy hay medicamentos para tratar la diabetes que son muy buenos pero que también son costosos. «Hoy hay tratamientos disponibles que son excelentes que no solo bajan el azúcar sino que también disminuyen el riesgo cardiovascular, el riesgo de daño renal y que además ayudan a perder peso. El problema con estos medicamentos en la Argentina es que son muy caros, está en alrededor de $130.000», señaló.
Por último, pidió a las personas que han sido diagnosticadas con diabetes, no tomar esto como «una condena». «Esta enfermedad no es una condena, al contrario, muchas veces es una oportunidad para vivir más sano. A un paciente que le diagnostican diabetes, a partir de ahí empieza a cuidar su alimentación y hace actividad física y está mucho más saludable y vive mejor. Es una oportunidad para tener una calidad de vida mejor y que tal vez esa persona sin tener ese diagnóstico no hubiera modificado sus hábitos y seguiría viviendo mal», afirmó.