septiembre 18 13:22 2024 Imprimir noticia
La oftalmóloga Cecilia Onetto alertó sobre el impacto sanitario y social que las pantallas causan en la visión de las infancias. Recomendó un control oftalmológico una vez al año y limitar el uso de pantallas a 30 minutos para menores de 3 a 6 años. «Menores de 3 años no deberían usarlas», advirtió.
El mundo tecnológico en el que vivimos y en el que las pantallas forman parte de nuestra cotidianeidad facilitó en muchos aspectos la vida de las personas pero también trajo complicaciones, muchas de ellas con impacto directo en la salud.
Una de esas consecuencias negativas son los crecientes casos de infancias con miopía a raíz de la elevada exposición a las pantallas.
Cecilia Onetto, oftalmóloga, habló con Riojavirtual Radio y explicó los alcances de esta problemática sanitaria. «Luego de la pandemia a todos se nos acercó el mundo, a grandes y a chicos. Empezamos a vivir un mundo que estaba a través de las pantallas. Eso hizo que empezara a haber muchos más estudios con respecto a los problemas visuales de las personas, en especial de los niños. Las pantallas aumentaron los niveles de miopía en los niños. Los chicos con más tiempo de exposición a pantallas son más propensos a hacer patologías como la miopía», afirmó.
Onetto explicó que la demasiada exposición a las pantallas derivó en un mayor crecimiento de los ojos. «Los chicos, al estar en edad de crecimiento y pasando muchas horas frente a las pantallas, eso hizo que los ojos empiecen a crecer un poco más de lo que deberían. Hoy en Japón por ejemplo, el 80% de los niños tienen miopía, ellos se refieren a este problema como una epidemia», indicó.
La oftalmóloga recordó que la miopía «es un defecto que hace que las personas vean mejor de cerca que de lejos» y dijo que su impacto en las infancias no es solo de salud sino también a nivel social. «El niño se vuelve más introvertido, prefiere estar con una pantalla antes que con un grupo de amigos jugando al futbol en el patio. No es solo el defecto visual sino que aparece un impacto social, influye en la visión y en la personalidad de los niños», aseguró.
Onetto destacó que en el país aún no hay estadísticas oficiales sobre crecimiento de casos de miopía en infancias pero dijo no tener dudas sobre este fenómeno. «Si hoy vas a una escuela y mirás a los chicos hay muchos más niños con lentes que hace 10 años», dijo.
Ante esta situación, la especialista recomendó a papás y mamás «tomar buenas medidas con las que se puede evitar esta epidemia». «Hay que educar. Si a una mamá le digo que si le da muchas horas de pantalla a un niño se lo puede predisponer a que tenga miopía, se dará cuenta que esto es algo muy importante», señaló.
Onetto sostuvo que hay aspectos que son claves para evitar la aparición de miopía en infancias. «Una de esas claves es la educación, tanto de los padres hacia su hijo, también la que puede dar el propio oftalmólogo. Otro aspecto fundamental es hacer un control oftalmológico una vez al año. Todos los chicos tienen que hacer un control al año y ese control tiene que incluir fondo de ojos y estudios bajo psicoplejia. Los chicos ni siquiera se dan cuenta que no ven bien de lejos, por eso se tienen que hacer controles una vez al año», recomendó.
Luego dijo que otro factor clave es el ejemplo de mamá y papá. «Si el niño ve que el papá o la mamá se despierta y agarra el teléfono, si ve que están almorzando y están con el teléfono, o que si se van a dormir y lo último que tocan es el teléfono, es complicado. Hay que ver qué ejemplo estamos dando», advirtió.
En cuanto a los tiempos de exposición a pantallas, la oftalmóloga recomendó que las infancias de hasta tres años «no deberían usar tecnologías tales como un celular o una tablet». «Distinto es el caso de un televisor que está a dos metros de distancia, no habría problema con eso», acotó.
En tanto, aconsejó que en el caso de menores de tres a seis años, el tiempo de exposición a pantallas no debería ser superior a 30 minutos en todo un día y que para infancias de seis a ocho años ese tiempo debería ser como máximo de 40 minutos. «Luego de los ocho años esto ya es un poco más flexible», amplió.
A su vez, recomendó que las infancias tengan al menos una hora de exposición a luz natural por día. «Los chicos deberían tener alrededor de una hora por día de luz natural, jugando en el patio, salir a andar en bici, salir a la puerta de casa. Esos chicos, que usan poca pantalla y tienen una hora por día de actividad a la luz natural tienen menos problemas visuales», aseguró.