agosto 28 13:08 2024 Imprimir noticia
Hoy y mañana los especialistas del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) solo atenderán urgencias. Reclaman por honorarios bajos y falta de insumos.
Los médicos cardiólogos intervencionistas de todo el país resolvieron no efectuar en todo el territorio nacional ninguna práctica de colocación de stents ni de angioplastia por dos días, aunque mantendrán las guardias para garantizar la realización de estas prácticas de urgencia.
La medida fue adoptada ante la acuciante situación económica que atraviesa el sector de la cardiología intervencionista con honorarios bajos y falta de insumos, dijeron desde el sector.
La medida, que estaba pautada para mediados de este mes, hoy miércoles y mañana jueves. Así lo señala un comunicado firmado por las autoridades del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI).
“Los médicos cardiólogos han decidido suspender la colocación de stents y la realización de angioplastias durante dos días, comenzando el miércoles 28 de agosto”. Esta medida de fuerza se debe a los “honorarios bajísimos y falta de insumos y la crisis económica que atraviesa el sector de la cardiología intervencionista en Argentina”, señalaron desde el CACI.
Los profesionales de la entidad comunicaron que únicamente se atenderán las urgencias para evitar que pacientes en estado crítico puedan morir. “Para llamar la atención sobre la gravedad de la situación, los cardiólogos instan al gobierno nacional a intervenir urgentemente convocando al diálogo para solucionar este conflicto”. Tal como informaron en mayo pasado, el CACI declaró la especialidad en estado de emergencia y calificó la situación como una “tormenta perfecta”.
“El Colegio de Cardiólogos Intervencionista impulsa una negociación con los prestadores y financiadores para mejorar el valor de sus intervenciones, y debe resolverse en un marco de responsabilidad para no generar confusión y angustia en los pacientes. En lo que respecta al sector público en los hospitales nacionales, las intervenciones se están realizando con normalidad”, indicaron desde el Ministerio de Salud de la Nación.
Según detallaron desde el CACI, la necesidad de intervención estatal se ve impulsada por la combinación de “honorarios profesionales prácticamente inexistentes por el deterioro inflacionario y el aumento exponencial de los costos para realizar la práctica médica”.
Esta combinación de factores se ha traducido en un creciente retraso en la entrega de insumos por parte de obras sociales y prepagas, lo que somete a los pacientes a riesgos mayores. Según el comunicado, “con sus prácticas cada año en la Argentina se salvan 200.000 vidas aproximadamente”.
Desde el Ministerio de Salud de la Nación, señalaron que “el Gobierno Nacional viene impulsando el reordenamiento del sistema de Salud tanto en el sector público como en el sector privado, a través de desregulaciones que permitieron una mayor libertad para competir, con el objetivo de lograr mayor capacidad de financiamiento y que mejoren la calidad de las prestaciones en beneficio de los usuarios”.
Además, desde la cartera que dirige el ministro de Salud de la Nación, Mario Russo indicaron que “no existen dificultades con la provisión de insumos para realizar las prácticas y no se presentan faltantes como sí ocurrió en años anteriores debido al cierre de importaciones”.
Los expertos firmantes de la carta afirman que de no encontrar una solución pronta, la actividad podría “literalmente desaparecer”. Es que “la crónica deficiencia de insumos como el material de contraste y los stents, junto con la brecha entre el costo de mantenimiento de equipos y los valores pagados por los financiadores, son preocupaciones centrales que podrían conducir al colapso de la especialidad. La pandemia ya demostró cómo la falta de atención adecuada puede incrementar la mortalidad cardiovascular, un riesgo que los cardiólogos señalan que podría volver a presentarse”, argumentaron.
Ante este panorama, se especula sobre alternativas de tratamiento. Por ejemplo, los trombolíticos emergen como opción para cuidar a pacientes con infarto agudo de miocardio, aunque estos fármacos son “costosos y menos efectivos”. Incluso con este tratamiento, eventualmente se requerirán angioplastias con colocación de stents para completar el proceso terapéutico, lo que representa un desafío adicional para los centros asistenciales que deben prepararse adecuadamente.
“Esta medida consiste en no realizar estudios diagnósticos o terapéuticos programados de cualquier tipo durante los días mencionados. Las emergencias se atenderán sin inconvenientes. Contamos con la solidaridad y apoyo de nuestros socios respecto de estas medidas, ya que consideramos es la única manera de lograr un aumento en los módulos y en los honorarios de nuestra profesión”, precisa el comunicado del CACI.
Los médicos buscan una rápida respuesta de las autoridades y de las entidades que gestionan los servicios de salud, ya que advierten que la situación empeorará significativamente, afectando tanto a profesionales como a pacientes en el corto plazo. En mayo último, el CACI había adelantado la alarmante situación y la falta de recursos económicos y materiales necesarios para la práctica médica.
En este contexto, el vicepresidente del CACI, Alfredo Bravo habló con Riojavirtual Radio sobre la situación del sector. «En el área cardiovascular estamos llegando a una situación que es insostenible y que está relacionada tanto con la provisión de insumos -que han incrementado muchísimo su valor- como los de los medicamentos, material de contraste. Y la mano de obra calificada, que a veces es difícil de comprender por parte de los financiadores, ya sea éstos los estados provinciales o las obras sociales sindicales», afirmó.
Bravo dijo que «en todo lo vinculado a costear la salud a veces los médicos quedamos atrapados en el medio de situaciones complicadas». «Por ahí tenemos un paciente que necesita colocarse un stent o una válvula y lo debe hacer con cierta premura y no se envían los materiales como corresponde en tiempo y forma o los materiales que mandan no son los que el médico pide o no sirven, o la obra social no le paga a la clínica para que pague los honorarios. Y en el medio queda el paciente. Es una cadena difícil de resolver pero que se puede resolver», expuso.
El especialista dijo que en el sector «nunca fuimos escuchados y lamentablemente tuvimos que tomar esta decisión de hacer dos días de paro simbólico y no hacer prácticas programadas hoy y mañana». «Pero se van a atender todas las urgencias, como corresponde. Llegamos a esta situación para que nos puedan escuchar y poder tener una reunión para buscar un consenso», indicó.
Bravo dijo que en la Argentina «cuesta mucho tiempo y dinero formar un cardiólogo intervencionista». «Formarlo no lleva menos de cuatro o cinco años», acotó.
Al mismo tiempo agregó: “Lo más crítico que está ocurriendo ahora es que los financiadores de la salud proveen los dispositivos o prótesis de acuerdo a su conveniencia económica. Nunca es en consenso con el médico y con el paciente”.
Por último, sostuvo que «la dificultad se plantea en que se obliga al médico a usar una prótesis que quizás nunca la ha probado y tiene que experimentar en un paciente sin tener una experiencia previa». «Eso es muy crítico porque se pierde el concepto básico de que el médico tiene que trabajar con las herramientas que conoce y que le dan seguridad”, cerró.