El interés por el uso del idioma castellano en el Río de la Plata se remonta a un reducido pero riguroso compilado elaborado en 1845 por el médico Francisco Muñiz. En él, fijó el concepto de 94 americanismos enviados a la Real Academia Española, agregándole una serie de sugerencias ortográficas.
A este compilado se le sumó otro en 1860, esta vez realizado por Juan María Gutiérrez para el francés Martín de Moussy. El 9 de julio de 1873 un grupo de intelectuales argentinos fundó en Buenos Aires la Academia Argentina de Ciencias y Letras.
Presidida por el poeta Martín Coronado, se dedicó a estudiar diversas ramas del saber, como el derecho, la plástica y la literatura, entre otras, y su influencia en la cultura nacional.
Pero también se propuso elaborar un Diccionario del Lenguaje Argentino. De allí se recogieron miles de vocablos y locuciones, proyecto que quedó trunco por la disolución del organismo en 1879.
Se hacía cada vez más fuerte la necesidad de crear una entidad nacional dedicada exclusivamente al estudio del castellano y de sus diversos usos en el país. Sin embargo, en la década de 1880, la Real Academia Española llevó adelante un programa de creación de Academias corresponsales en América Latina.
Por este motivo, se invitó a varios destacados intelectuales argentinos a participar de la creación de la subsidiaria en Argentina. Entre los convocados, se encontraban Vicente Fidel López, Bartolomé Mitre y Guido Spano.
Pero otros, como Juan Bautista Alberdi, Juan María Gutiérrez y Juan Antonio Argerich dudaban de la conveniencia de sumarse al proyecto español porque, según argumentaban, sería un intento de restauración cultural ibérico.
Argerich contrapuso a la iniciativa española la creación de una academia argentina de la lengua castellana que generase su propio diccionario.
En 1910 y con motivo del Centenario de la Revolución de Mayo visitó el país la Infanta Isabel María Francisca de Borbón como representante del gobierno español. En su comitiva viajó el periodista y dramaturgo Eugenio Sellés quien se encargó de fundar ese año, junto a varios intelectuales argentinos, la Academia Argentina de la Lengua.
El organismo dependía de la Real Academia Española y su fin era confeccionar un vocabulario hispanoamericano separado del castellano “oficial” pero finalmente se disolvió por la falta de apoyo político y los recelos mutuos con la RAE.
Fue así como el presidente de facto José Félix Uriburu decretó la creación de la Academia Argentina de Letras con el fin de estudiar el uso del castellano en el país, pero sobre todo de difundir la literatura nacional en el mundo.
El 13 de agosto de 1931 se fundó la Academia Argentina de Letras.
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Guión de Javier Pasaragua. Locución de Pita Fortín.
por Radio Perfil
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