No ver. Ni siquiera negro. Un mundo sin tonos, sin formas, sin luces ni sombras. Algo de eso es lo que describe Facundo Bogarín de su propia experiencia. Conocido popularmente por el personaje de “oficial garca” en la serie «División Palermo», es actor y director en Teatro Ciego desde hace 16 años. Con una charla TED y una cuenta de instagram en su haber, @ciegología, es también una especie de erradicador de la lástima, un comunicador, un militante contra la discriminación, que mete el dedo en la llaga del prejuicio (propio y ajeno). Hijo de padres ciegos y hermano de uno que perdió la vista en la niñez; él dejó de ver de un ojo a los 11, fue operado un par de veces y convivió hasta la adolescencia con la posibilidad de que se le apagara totalmente la vista. A los 15, la ceguera lo instaló en ese lugar del “ni siquiera negro”.
Si la ausencia de visión fue un destino congénito, a la actuación llegó casi por azar. Su sueño era tener una banda de música pero un día supo de un casting que hacían en Teatro Ciego y quedó. Ya era ciego pero todavía no era actor. Entonces se puso a estudiar y se hizo la luz: descubrió un mundo.
Noticias: El eslogan de Teatro Ciego dice “lo que ves cuando no ves”. ¿Cuál es la propuesta?
Facundo Bogarín: Lo que hace Teatro Ciego es darle el estímulo a todos los sentidos para que la imaginación tenga material para formar esa imagen que no estás viendo.
Noticias: ¿Qué diría usted que “ve cuando no ve”?
Bogarín: En mi caso particular es raro, digamos que ver, no se ve nada. Hay distintas formas de ceguera, hay gente que ve sombras o que tiene disminución, o ceguera total, que es medio que no se ve ni negro. Hay como una desconexión del ojo y el cerebro, al cerebro no le llega ningún tipo de información. Pero más allá de que a través de los ojos uno no esté viendo nada, en su cabeza, se sigue haciendo estas imágenes. Yo vi hasta los 15 años, entonces entiendo el valor que tiene una imagen, el concepto de una imagen, qué es una imagen. Una persona que nunca vio no puede imaginar imágenes porque no entiende qué es una ni un color. Pero, en mi caso, siempre voy poniéndole formas o colores a las cosas o a los espacios. Es bastante inconsciente.
Noticias: ¿Cuánto tiempo tuvo para prepararse para la ceguera: le hacían estudios, tenía un diagnóstico o fue abrupto?
Bogarín: Me parece que es medio como la muerte de tus viejos, sabés que ocurrirá e intentás prepararte pero cuando ocurre, nunca estás preparado. Yo claramente no estaba preparado. Mi entorno por ahí sí y me apoyó al toque, creo que la familia es clave.
Noticias: ¿Cómo fue aprender a ser ciego?
Bogarín: Es una adaptación, como que hoy te pongan a vivir en Japón. Al no entender y no tener herramientas, es normal que te agarre una angustia, una depresión, vas a estar triste. Hubo un tiempo así, que fue pesado. El cambio fue muy fuerte, un garrón. Al tiempo entendí que me quedaba un montón de vida por delante y aparentemente esto no iba a tener una solución. Entendés, la solución está en que esto va a ser así.
Noticias: La solución era la aceptación.
Bogarín: Claro, y a la vez, mis viejos son ciegos y tienen su vida, armaron su familia, mi viejo fue deportista olímpico, mi mamá corrió maratones. Entonces me agarré de esos ejemplos. Me parece que la clave de la vida es tener un por qué, algo que te guste, en lo que puedas mejorar cada día. Desde siempre mis viejos me bajaron esa. Después si el por qué te da guita, como hoy que vivo de mi trabajo, es otra cosa.
Noticias: La actuación fue algo inesperado y la asumió con compromiso: fue a estudiar.
Bogarín: Sí, entre nosotros, me sentía medio ladri y yo trato siempre de ser lo más respetuoso que pueda con la gente que me cruzo en la vida, con la que paga una entrada o con el hecho teatral.
Noticias: ¿Cuándo se sintió validado como actor como para asumir también el rol de director?
Bogarín: Pasó que estábamos en giras y el director renunció. Pero nosotros teníamos ya funciones pactadas. Cuando el grupo quedó medio acéfalo, indirectamente empecé medio a hacerme cargo, a hacer sugerencias, me sentí medianamente confiado como para charlar con Martín (el fundador de Teatro Ciego) y pedirle que me dejara probar. Ahora casi todos los proyectos los estoy dirigiendo con Erika, mi pareja. Siempre hacemos hincapié en el equipo y en lo humano, a lo artístico vamos llegando en el proceso.
Noticias: ¿A Erika la conoció trabajando?
Bogarín: En realidad nos conocimos en una escuela de teatro.
Noticias: ¿De qué trata la última obra que presentan: “No hace falta verte, campeón”?
Bogarín: Es la historia de dos amigos, uno de ellos ciego, y cuenta cómo ese personaje que no ve entiende a Messi, que es un malabarista y que termina siendo un jugador muy visual; es su historia con el país, con la Selección, y cómo la sociedad cuestionó, transitó y festejó a Messi.
Noticias: ¿Qué le aportó a su carrera “División Palermo”?
Bogarín: Me abrió el espacio de trabajo. Hacer teatro o hacer cosas audiovisuales, es completamente distinto. Los ritmos, el formato, la expresividad, la proyección de la voz, todo cambia. Entonces me abrió a jugar a algo que no estaba jugando. Y a la vez me abrió a jugar en primera, tuvo un impacto en la sociedad buenísimo, una gran experiencia.
Noticias: En Teatro Ciego trabaja con profesionales ciegos y videntes, pero con reglas muy atípicas, donde la oscuridad es una plataforma expresiva. ¿Es un desafío que lo contraten para otros proyectos?
Bogarín: En cierto punto, soy como un activista de la ceguera, por así decirlo, es medio mi expertise. Elijo en Teatro Ciego la oscuridad como plataforma para desarrollar ese flash que está buenísimo y que me parece que es muy profundo y que a la sociedad la flashea. Y a la vez también soy actor o comunicador en todos los formatos que vayan sucediendo. Mayormente, claro, que me toca hacer de ciego. Hice videoclips, participé en dos o tres pelis, hice alguna que otra publicidad. De hecho uno de los directores de una peli me dijo: “Necesitaría que hicieras de ciego, ¿te molesta?”. “No, boludo, es el phisique du rol”.
Noticias: Sería bueno que un personaje ciego pueda mostrar otras diferentes facetas, más allá de esa condición, ¿no?
Bogarín: Está claro, de hecho yo me pongo unas gafas o un lente de contacto y puedo hacer incluso un personaje que ve. Un poco lo que pasó en “División” fue que se sacó al ciego del estereotipo, mi personaje es un garca bárbaro. Entonces me parece que eso está bueno de “División”, que pone a trabajar a distintas minorías, pero las saca del estereotipo.
Noticias: Con la inclusión en boga, ¿pueden surgir personajes que tengan otros ribetes? Porque usted es actor, además de ser ciego.
Bogarín: Hace 20 años ni se hablaba de inclusión y hace un tiempo que por ahí la palabra se puso de moda. Y las modas son muy peligrosas porque de repente todos tenemos que ser inclusivos. Y ahí es donde tal vez la cagan: quizás una empresa dice: “Tenemos empleados ciegos”, pero si los tenés haciendo nada… Que haya laburo para todo el mundo, sí, pero aguante el trabajo de calidad. Porque si me vas a contratar, pero me pagás por hacer nada, no es inclusión. Si va de la mano de la lástima, no es inclusión.
Noticias: Cuando todavía veía y era parte de una familia de padres ciegos, ¿sentía que los otros los miraban con lástima?
Bogarín: Todavía lo siento, pero sabés, yo a veces también siento lástima por la gente. Qué sé yo, en la noche de frío, hay alguien en la calle y me quiero morir. Entonces también la lástima siempre uno la mide desde su vara. Y esa persona que está en la calle muriéndose de frío, me ve a mí y tal vez dice: “Pobrecito”.
Noticias: ¿Desde dónde nos tendríamos que vincular para que fuera una relación más constructiva?
Bogarín: No sé, tendría que pensar bien la respuesta, pero me parece que lo primordial es el respeto y el diálogo. Es en la charla sincera y siempre desde el respeto, porque la única forma de acercarte a otro es esa y si te acercas con respeto y estás abierto, algo estás aprendiendo. Cada uno tiene sus necesidades y sus faltas, sus capacidades y sus discapacidades. En los ciegos, la discapacidad está a la vista. Pero imaginate una persona que no tenga la capacidad de reír, qué más triste, y no te darías cuenta nunca hasta que no le cuentes un chiste.
Noticias: ¿Molesta la discriminación positiva, eso de ensalzar con cosas como “sos un capo”?
Bogarín: Y sí, por ahí me dicen: “¡Che! ¡¿Tu novia ve?! ¡Qué capo!”. Y qué tiene que ver. La gente a veces pone el “capo” en cosas que nada que ver.
Noticias: Ahora, ¿reconoce que si hubiera seguido viendo, no hubiera tenido que afrontar un montón de obstáculos, de angustias, de bajones y de desafíos?
Bogarín: Para mí esa gilada de “lo que no te mata, te hace más fuerte”, en cierto punto, existe. La vida te va curtiendo a las piñas. Esto de “lo que sucede, conviene” siempre fue medio hippie conformista y simplista. Pero, a la vez, no existe otra forma de ser más que la que sucede.
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