La brecha se amplió en los últimos días, y el blue subió 18% en unas pocas jornadas. Hay preocupación por el efecto en los precios
21/05/2024 – 13:00hs
Si hay algo que el Gobierno quería evitar en este momento eran movimientos en el frente cambiario. En plena desinflación de la economía, el temor es que la incertidumbre sobre el dólar modifique el plan hacia la baja constante del índice de precios.
En Economía confían en que la brecha cambiaria está controlada básicamente por dos frentes: la existencia del dólar «blend», que le permite a los exportadores la liquidación de un 20% de sus ventas en el mercado del contado con liqui.
Y apretón monetario: no hay pesos para presionar sobre el mercado cambiario.
En el mercado hay quienes desconfían de esta última aseveración: «En la Argentina siempre hay plata para comprar dólares. Cuando el mercado se mueve, nunca faltan», dice a iProfesional el economista jefe de un banco de inversión.
En ese sentido, la baja consecutiva de las tasas de interés -que llevó al 40% nominal anual la tasa de referencia- podría haber cruzado un límite tolerable para los inversores.
Mucha gente que venía dejando sus pesos en las billeteras digitales o directamente en los plazos fijos, que podría salir de esas colocaciones para dolarizarse.
En Economía confían en que la brecha cambiaria está controlada básicamente por dos frentes
Ante la abrupta baja de la tasa (de 30 puntos en unas pocas semanas; la última decidida hace pocos días), la tendencia hacia la dolarización podría acelerarse.
La brecha se agrandó en las últimas jornadas: la diferencia entre el dólar oficial y el contado con liqui ya está en el 28,6%. Y con el MEP, en el 24,5%.
El dólar se despierta y encima hay tensión con el FMI
Para colmo, el escenario podría complicarse por las últimas novedades con el Fondo. Es una derivación de lo sucedido la semana pasada, cuando la portavoz del FMI, Julie Kosack, dijo en público lo que -hasta ahora- era sólo una versión: que para la Argentina «no hay plata» fresca, al menos en el corto plazo.
El enojo de los funcionarios del Palacio de Hacienda se basa en la mala onda que el Fondo le terminó enviando al mercado financiero. Hasta hace poco, el Gobierno se esperanzaba con una baja paulatina, pero irremediable, en el «riesgo país».
El propio Milei llegó a sugerir que podría salir al mercado voluntario de deuda cuando el «riesgo país» descendiera a 1.000 puntos.
El índice bajó de casi 3.000 puntos de diciembre hasta los 1.200 casi sin interrupciones. Pero ahí se estancó.
Los financistas aguardan señales desde la política para seguir con las apuestas: la ley Bases, con las principales medidas de Gobierno, aún no se aprobó. Y desde Buenos Aires salen informes económicos, de parte de consultoras afines al oficialismo, que echan sombras sobre el rumbo económico.
Entre esos reportes figuran los de Miguel Ángel Broda y Carlos Melconián, a quienes el Presidente subestima desde los escenarios.