Liverpool tuvo todo servido para ser líder de la Premier League. Este jueves recibió a Sheffield United, último en la tabla de posiciones con apenas 15 puntos y a diez unidades de la salvación. Finalmente, los Rojos se impusieron 3 a 1 para afianzarse en la punta en el transcurso de la 31° fecha.
Todo comenzó de la mejor forma para el equipo en el que el argentino Alexis Mac Allister -titular- usa la camiseta número 10. A los 17 minutos, el arquero Ivo Grbic, contratado en el último mercado de fichajes desde Atlético de Madrid, intentó un despeje largo ante la presión de Darwin Núñez, delantero uruguayo de Liverpool. El balón dio en el charrúa y se introdujo en el arco de Sheffield, ante la atenta mirada de los hinchas en Anfield. Sheffield, sin embargo, llegó al empate con un gol en contra a los 19 minutos del segundo tiempo. Pero más tarde, el campeón del mundo en Qatar 2022 abrió su pie derecho y lanzó un misil inalcanzable para Grbic, que se transformó en el 2-1 de Liverpool. Quizás haya sido el gol más importante del mediocampista argentino a nivel de clubes. Después, llegaría el tanto definitivo de el neerlandés Gakpo.
A Núñez poco le importó la fortuna en su propio gol, y lo festejó como si en esa conquista hubiera medio título en la Premier League. Lo mismo hizo el estadio, que entendió desde el primer momento la importancia del partido. A la liga inglesa le quedan apenas ocho fechas: todos los puntos que Liverpool se deje en el camino serán vitales para la conquista del título. Y ya se sabe que el equipo quiere ganar todo en el “last dance” del alemán Jürgen Klopp, el entrenador que dejará el cargo a final de temporada tras haber hecho historia.
Las estadísticas del partido, que por momentos fue una contienda entre los extremos de la tabla (el mejor contra el peor), quedaron sepultadas a los 19 minutos del segundo tiempo. Un gol en contra de Conor Bradley puso el marcador 1-1. Hasta este jueves, Liverpool había ganado los seis últimos partidos ante Sheffield United por la Premier League, con 13 goles a favor y apenas uno en contra. Los Rojos querían continuar con la racha, justo en el momento de la temporada en la que más necesitan los puntos.
El gol de Bradley envalentonó a los visitantes que, perdidos por perdidos, fueron con todo en busca del triunfo. A falta de 20 minutos para el final, parecían ellos los que buscaban los tres puntos con más ímpetu que los locales, que pelean con Arsenal y Manchester City por el título en la Premier League. El arquero Caiomin Kelleher debió esforzarse para contener a los rivales en un par de ocasiones, lo mismo que la defensa. Klopp sumó delanteros en cancha e ingresó Cody Gakpo en lugar de Joe Gómez; Curtis Jones reemplazó al húngaro Dominik Szoboszlai en busca de la jugada que le diera los tres puntos a los locales.
El dominio abrumador de la posesión, que ya es un gen principal en los equipos de Klopp, no le dio a Liverpool suficientes jugadas claras como para ampliar el marcador. Las que tuvo, por caso, las desperdició. A falta de 15 minutos para el final del partido, Liverpool había tenido 20 tiros, de los cuales apenas siete acertaron el arco. Y uno de ellos fue gol de carambola, anotado por Núñez. Pero a los 31 minutos del segundo tiempo Mac Allister, un verdadero tractor en la mitad de la cancha, encontró una pelota suelta y, sin miramientos, remató al arco. La pelota ingresó en el ángulo, sin que Grbic pudiera siquiera intentar impedir la conquista del argentino. Un verdadero golazo que bien puede valer una Premier. Y a punto estuvo de convertir el segundo de su cosecha personal en un tiro libre que salvó Grbic con lo justo.
El partido terminó de definirse a dos minutos del final, con Sheffield jugado en ataque y su defensa con grietas por todos lados. El neerlandés Cody Gakpo, uno de los cambios de Klopp, ingresó en posición de nueve, se elevó más alto que su marcador y con un cabezazo suave colocó el balón lejos del alcance de Grbic. El tercer gol llevó tranquilidad a Anfield, que vio cómo el primer puesto en la Premier ya no se les escapaba y terminaban el jueves mirando al resto de los equipos desde lo más alto. Liverpool, con un Mac Allister otra vez estelar, va por todo.
LA NACION