En la era de los superalimentos, llamados así por sus propiedades para nutrir el organismo y prevenir diversas enfermedades, hay uno que vendría a ser “la madre” de todos ellos. No siempre es del todo valorado en el devenir cotidiano, pero según las estadísticas más recientes su prevalencia en los últimos años ha tenido un fuerte crecimiento.
La recomendación de los pediatras es unánime: lactancia materna exclusiva hasta los seis meses, palabra cuya materialización en oportunidades choca con determinados contextos sociales. Sin embargo, datos oficiales revelan una tendencia auspiciosa. Mientras que en 2011 el porcentaje de bebés que gozaban de este beneficio era del 30 por ciento, a fines de 2022 la proporción trepó al 45 por ciento.
La información surge de la Encuesta Nacional de Lactancia Materna y el dato viene acompañado por otro de contexto, complementario, que por un lado parece llamado a potenciar el hábito pero a la vez plantea un desafío. Se trata de las nuevas herramientas tecnológicas que sirven como aliadas familiares para llevar un control de la alimentación con leche materna. La duda de los profesionales es la certificación de la información que brindan.
Según una flamante investigación publicada en el sitio Anales de Pediatría (de la Asociación Española de Pediatría), la cantidad de apps para el celular que sirven para llevar un control de la lactancia materna no deja de crecer: ya llega a 340, de las cuales casi el 90 por ciento son de fácil acceso por su gratuidad.
El 67 por ciento están hechas para el sistema operativo Android y el 32 por ciento, para iOS (el resto minoritario es para Windows). La mayoría fueron desarrolladas en Europa (57 por ciento), el 18 por ciento en Estados Unidos y la participación sudamericana llega a 13 por ciento.
Para los médicos el notorio aumento de la prevalencia de la lactancia materna es un dato auspicioso. Foto: Shutterstock.En estos dispositivos se puede registrar la periodicidad de la lactancia, la alimentación con mamadera o con alimentos sólidos y la extracción de leche. También, buscar información y hacer preguntas, guardar datos sobre el cambio de pañales, los periodos de sueño y los resultados de la medición de altura y peso del bebé.
El informe español atribuye la proliferación de estas apps a “las restricciones de acceso a los servicios sanitarios presenciales debidas al Covid-19”, que “han supuesto un incremento de la telemedicina y de las descargas de contenidos digitales sobre lactancia materna”.
No obstante, agrega que “la recomendación de este tipo de herramientas por parte de los profesionales aún es lenta y limitada y exige generar una base común de conocimiento que aporte seguridad a los usuarios debido, principalmente, a la falta de evaluación y de acreditación”.
“Esto supone un reto profesional, ya que debemos investigar quién está detrás de los contenidos que ofrecen las apps, que deben basarse en la evidencia científica, ser fiables, actuales y de calidad. En nuestro estudio no encontramos aún ninguna aplicación que cuente con distintivos que reconozcan la calidad y la seguridad de las mismas”, dicen las médicas Ana Isabel Díaz Cano y Ana Espugles.
Suman que “en un mundo que inexorablemente se mueve hacia una mayor digitalización en todas sus dimensiones, la recomendación de apps en la atención sanitaria supone una tarea que debe estar apoyada por las organizaciones, para que el profesional se sienta seguro. La no existencia de un listado de aplicaciones móviles, guías de uso y acreditaciones lo hace aún más complicado”.
Las autoras argumentan por qué consideran importante la certificación de estas apps: “Han llegado para quedarse y podrían constituir una herramienta más para el fomento de la lactancia materna”.
El contraste entre una gota de leche materna -izquierda- y otra de leche envasada.
Por qué es un superalimento
La Organización Panamericana de la Salud establece que la lactancia materna es la “forma óptima de alimentar a los bebés, ofreciéndoles los nutrientes que necesitan en el equilibrio adecuado, así como brindando protección contra las enfermedades”.
En la misma línea, la Organización Mundial de la Salud y muchas instituciones de referencia acentúan que “la alimentación exclusiva con leche humana durante los primeros seis meses de vida y la continuación de la lactancia natural hasta que el niño/a tenga dos años o más es un método inmejorable para combatir todas las formas de malnutrición infantil”.
Sobre el incremento de la lactancia exclusiva hasta los seis meses en Argentina, Fernando Burgos, jefe del Área Ambulatoria de Pediatría del hospital Austral, dijo que “es auspicioso”. Aunque advirtió que “hay que trabajar en forma multidisciplinaria para que se cumpla todo un abanico de medidas que contribuyan a que esa cifra siga creciendo en forma sostenida«.
Burgos detalló cuáles son los obstáculos que aún atentan contra la lactancia materna: “Muchas veces, los aspectos logísticos son los verdaderos enemigos. Con frecuencia, mantener la lactancia exclusiva se dificulta cuando la mamá debe regresar a su trabajo, las barreras son muchas y el entorno no ayuda. Debería existir más centros de lactancia y bancos de leche materna; más lugares de trabajo tendrían que cumplir con los beneficios y derechos que tiene la mamá que amamanta”.
Esos obstáculos de los que habla Burgos, sumados a un contexto socioeconómico desfavorable, son los que dan cuenta de la otra cara de la moneda de esta mejora en la lactancia exclusiva hasta los seis meses, y es lo que sucede después de ese periodo.
Según reveló un trabajo presentado a mediados de noviembre en el XXII Congreso Argentino de Nutrición, en Mar del Plata, cuatro de cada diez bebés son alimentados con leche de vaca -la que toma cualquier adulto- después de cumplir los seis meses. La investigación del Centro de Estudios sobre Política y Economía de la Alimentación (CEPEA) también arrojó que más del 20 por ciento de ese universo ingiere más de 100 centímetros cúbicos al día.
Para cerrar, Burgos dijo que “siempre que se pueda, se recomienda que las mamás pasen con sus hijos el mayor tiempo posible, distribuyendo tareas equilibradamente con su pareja, y que la transición en el retorno al trabajo procure no atentar contra la lactancia. La legislación vigente es clara y debe ser cumplida en términos del respeto de las licencias por maternidad y paternidad, así como el control y la exigencia de que los establecimientos acondicionen espacios amigos de la lactancia”.
PS