La Argentina invierte el equivalente a medio punto porcentual de su producto bruto interno (0,52%) en investigación y desarrollo, según datos del Ministerio de Ciencia y Tecnología, de los cuales 59% son aportados por organismos del Estado y universidades públicas, un 23% está a cargo del sector privado y el 18% restante lo aporta el sector externo.
Se trata de una inversión baja si se la compara con las que realizan países como Israel, que invierte en I+D más de 5% de su PBI, diez veces (en proporción) lo que invierte la Argentina. Sin embargo, en comparación con los países vecinos, solo Brasil exhibe mayores inversiones en I+D, que alcanzan casi 1,5% del PBI del país vecino. Los demás países de América Latina tienen índices de inversión que no superan el 0,3% o 0,4% de su respectivo producto bruto interno.
Un dato que surge de la Encuesta sobre I+D del Sector Empresario Argentino (ESID) que elabora el Ministerio de Ciencia es que la participación del sector privado ya representa cuatro de cada seis pesos invertidos en I+D en la Argentina. El Estado sigue siendo líder en este tipo de actividades, pero la participación de las empresas ya está en niveles nunca alzanzados antes.
Inteligencia artificial, nanotecnologías, manejo de datos o biotecnología son algunas de las actividades en las que incursionan las empresas, con desarrollos propios o bien adaptando innovaciones de terceros. Sobre esa temática se desarrollaron las dos charlas del encuentro “Investigación y Tecnología”, organizado por Clarín.
El encuentro consistió en dos paneles. De la charla “Los desafíos I+D para la Argentina” participaron Federico Saravia, director general de Ciencia y Tecnología de la Ciudad; Carlos Caparrós, vicepresidente de la Cámara Argentina de Organizaciones de Investigación Clínica (CAOIC); Ana Vainman, directora ejecutiva de la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (AFARTE) y Leonardo Medrano, secretario general de Academia y Desarrollo de Universidad Siglo 21.
Federico Saravia (GCBA), Ana Vainman (AFARTE), Leonardo Medrano (Universidad Siglo 21) y Carlos Caparrós (CAOIC) integraron el panel «Los desafìos I+D para la Argentina». Foto Luciano ThiebergerEl segundo panel, “El rol de las empresas en I+D”, estuvo integrado por Gabriel Oriolo, director de Procesos y Sistemas de OSDE; Javier Voos, gerente de Desarrollo para Cobros Digitales en Naranja X; Vera Mandl, gerenta de Ciencia y Nutrición en Danone y Andrea Costantini, directora de Relacionamiento Científico para las Américas de Massalín.
Los dos encuentros, coordinados por Daniel Fernández Canedo y Luis Ceriotto, integraron la octava edición del ciclo “El mundo que viene”, que cuenta con el apoyo principal de Telecom, OSDE y DESA, además del sponsoreo de AFARTE y Pan American Energy y del apoyo de Aeropuertos Argentina 2000, AES Argentina, Edenor, ENEL, GENNEIA, Pampa Energía e YPF Luz.
Contexto
Saravia señaló que el sector público no solo tiene que invertir en investigación y desarrollo, sino también fomentar que haya más investigación en el sector privado, a través de la articulación entre Estado y empresas.
Federico Saravia (GCBA). Foto: Luciano Thieberger.“La Argentina en general no está mal en lo que invierte en I+D en el contexto latinoamericano, pero si nos comparamos con cualquier país de la OCDE, estamos muy lejos. Deberíamos cumplir la Ley de Ciencia y Tecnología e Investigación (25.467) que propone alcanzar una inversión en I+D equivalente a 1% del PBI a nivel nacional. Y que, a su vez, ese punto porcentual sea uno de los cinco puntos porcentuales que establece la norma, fomentando y sin perder de vista que el sector privado tiene que invertir también”, dijo Saravia.
“En el caso de la Ciudad, con el Parque Tecnológico que estamos por inaugurar, se pone de manifiesto la vinculación entre el sector público y privado. Entendemos que ese es el desafío que tiene la Ciudad y toda la Argentina”, agregó.
Caparrós destacó que la investigación clínica en la Argentina está enfocada en oncología, enfermedades inmunológicas, neurológicas y las denominadas enfermedades poco frecuentes, que son más de 6.000. “En Argentina tenemos 95 asociaciones de pacientes que se ocupan de enfermedades poco frecuentes y se están llevando adelante muchos protocolos de investigación”, dijo.
“En el contexto global, la Argentina contribuye con 1,5% de la investigación clínica de todo el mundo, es líder de la región por encima de Brasil y de México. Pero España tiene un 6% de participación de la investigación clínica global, un objetivo que queremos alcanzar. España llega a eso porque desde hace muchos años considera la investigación clínica como una política de Estado, algo que nosotros estamos haciendo desde 2017. Es algo que digo con orgullo, ya que llevamos ya dos gestiones donde esa política se mantiene y esperamos que pueda ser continuada con la próxima gestión de gobierno”, planteó el especialista.
Carlos Caparrós (CAOIC) y Ana Vainman (AFARTE). Foto: Luciano Thieberger.Vainman contó que en la industria electrónica, la I+D aplica para el desarrollo de nuevos productos y también para mejorar el propio proceso productivo, lo cual se aplica en las fábricas de AFARTE en el país.
“Incorporar los resultados de la investigación y el desarrollo hace que se gane competitividad, porque el proceso productivo se vuelve más eficiente. Son incorporados cobots a las líneas de producción, que son robots que trabajan en cooperación con los operarios: les alivian una carga física y a la vez mejoran los propios procesos productivos”, afirmó.
Medrano, por su parte, señaló que los avances tecnológicos deben formar parte de la agenda de docentes y alumnos, para aportar un nuevo enfoque en materia de educación.
“La tecnología no destruye puestos de trabajo, es la falta de educación la que hace que mucha gente no pueda acceder al empleo. No tenemos que frenar el desarrollo tecnológico para cuidar puestos de trabajo, sino buscar nuevas formas de educar que permitan una educación más flexible, muy cercana al sector productivo”.
Leonardo Medrano (Universidad Siglo 21). Foto: Luciano Thieberger.Agregó el especialista: “En educación, hoy, se está hablando de un perfil profesional con la forma de una letra T. ¿Qué significa? Representa en su eje vertical a una persona que tiene una formación profunda en algún área de estudio, pero también requiere de ese eje horizontal con muchos conocimientos y muchas habilidades en distintas disciplinas. Y el componente que yo siempre destaco es el componente humano”.
Empresas
En la segunda charla, “El rol de las empresas en I+D”, Oriolo señaló que desde OSDE apelan a la ciencia de datos para ser más predictivos con sus afiliados, que suman 2,3 millones en todo el país.
“Salimos a buscar qué es lo que necesita la gente para anticiparnos a esa necesidad. En este concepto más amplio: lo que está buscando la gente que tiene que ver con el bienestar”. Ese bienestar, explicó el ejecutivo, forma parte de un nuevo paradigma del concepto de salud.
Gabriel Oriolo (OSDE). Foto: Luciano Thieberger.“Pasamos de la ausencia de enfermedad a un concepto que se amplió e incluye el bienestar, que va más allá de la salud física en sí. Tiene que ver con lo espiritual, lo social, lo psicológico. Es un cambio de paradigma que estamos transitando y que demanda un trabajo muy fuerte respecto a datos, al conocimiento de cada una de las personas para permitir anticiparnos”.
Inclusión
Voos dijo que en Naranja X “tenemos un compromiso muy grande con la inclusión financiera”. Y que utilizan la tecnología para generar soluciones para cada usuario en cada momento del día. “Usamos un montón de tecnología, tanto de análisis como de predicción. Así que estamos trabajando en entender qué le hace falta a cada persona en cada momento, con mucho análisis de datos y comportamental. En Naranja X tenemos una ventaja, que es tener a bordo a la gente hace 25 o 30 años y conocemos a la perfección lo que hacen en cada momento del día. Eso nos permite generar una solución personalizada”.
Javier Voos (Naranja X) y Vera Mandl (Danone). Foto: Luciano Thieberger. Mandl destacó la trayectoria de Danone de más de 100 años en la industria de la alimentación. “Nuestra misión es llevar salud a través de los alimentos, cuidando el planeta. Eso se logra desarrollando alimentos nutritivos, como por ejemplo un yogur con probióticos que tiene un beneficio para la salud distinto y que es un gran diferencial. Nosotros somos los únicos en el mercado argentino que tenemos estos probióticos aprobados por la ANMAT”, dijo.
Otro aspecto que destacó Mandl es el contenido nutricional. “Hace muchos años que trabajamos diariamente para asegurarnos de que la cantidad de azúcar sea cada vez menos, que tengan las vitaminas y minerales que necesita la población de Argentina. Son todos aspectos que hacen a un alimento esencial para consumir todos los días”.
Costantini, a su turno, señaló que en la Argentina sigue habiendo siete millones de adultos que fuman y que desde Massalin buscan ofrecerles alternativas menos perjudiciales.
Andrea Costantini (Massalín). Foto: Luciano Thieberger. “Lo mejor que puede hacer una persona es nunca empezar a fumar. Pero para esos 7 millones de fumadores, podemos ofrecerles alternativas que estén avaladas por la ciencia y la investigación, con el desarrollo de productos que representan un mejor escenario, removiendo la combustión. Se quita el tabaco quemado de la ecuación, que es lo que genera sustancias tóxicas y cancerígenas, y se lo reemplaza por el tabaco calentado, o por productos orales que contienen tabaco o nicotina que no se encienden, no se queman”.