No ayudó el clima para que la gente se prenda desde temprano con la Selección y recién minutos antes del comienzo del partido el estadio Monumental se vistió de fiesta. Es una obviedad decir que el público que sigue al elenco nacional es distinto al que sigue fecha tras fechas a los distintos equipos del país. Igual, la Scaloneta ha generado una linda energía con la gente.
No es tampoco un dato menor el elevado precio de las entradas: las más baratas (generales) tuvieron un valor de casi $20.000 y las más elevadas (plateas San Martín y Belgrano media) de $89.000. La sensación fue que faltó algo de pueblo en la lluviosa y fresca noche de Núñez, algo que incluso se notó en la previa del encuentro, donde apenas unas veces se entonaron los ‘himnos de cancha’ que acompañaron este ciclo.
La primera ovación de la jornada, como no podía ser de otra manera, fue para Lionel Messi cuando la pantalla del estadio lo mostró bajando del micro que lo trasladó desde el predio de Ezeiza hasta River. La segunda explosión ocurrió cuando Emiliano ‘Dibu’ Martínez salió a realizar la entrada en calor. Y sonó el «dale, campeón», claro. Ojo, las tribunas lucieron en un 90 por ciento: en la San Martín alta hubo claros, al igual que en la Sívori media.
La baja temperatura no permitió que se luzcan las camisetas, aunque Lionel Messi fue el más mimado por los hinchas. Agustín Rivero, por ejemplo, desafío el frío y mostró en su espalda un enorme tatuaje de Leo besando la Copa del Mundo con la leyenda del tema que inmortalizó el grupo «La T y la M»: “Esta locura no la traten de entender, no tiene cura, se lleva en la piel. 18-12-22”. “Fue una promesa que hice si ganábamos en Qatar. Le dije al tatuador lucite y se lució. Copié la foto de internet, me la puse en la espalda y fui”, contó Agustín a Clarín. Y siguió: “Ahora sueño con otra Copa. Y que me lo firme Leo sería un sueño”.
Existe un grupo de entusiastas que sueña con convertirse en la hinchada oficial de la Scaloneta. Se hacen llamar “La banda argentina” y ya son alrededor de 100 que se juntan todos los miércoles en Parque Sarmiento a practicar percusión y canciones de aliento. “Nos conocimos en Qatar. El Barba y el amor por la Selección nos unieron. Nos empezamos a juntar a ensayar una vez por semana y se fue sumando gente. Hacemos esto para que los jugadores se sientan acompañados”, cuenta Lorena. Y avisa que ya tienen pasajes y entradas para Bolivia. “La idea es ir a todos lados”, dice.
En el ingreso al estadio, una bandera se lucía con los rostros de Di María, Messi y Otamendi. «Ellos se bancaron todas las puteadas y las críticas. Se merecían la Copa. Igual, al trapo lo hice antes del Mundial. Son un ejemplo de superación, de volver a intentarlo, de chocarse contra la pared y seguir a pesar de todo», explicó Lucas, oriundo de Rafaela y que junto a tres amigos recorrieron en auto el camino hasta el Monumental.