Aunque en Unión por la Patria se esforzaron por aclarar que la presencia de Cristina Kirchner junto a Sergio Massa en el acto por los 15 años de la reestatización de Aerolíneas Argentinas ya estaba prevista, que se confirmara apenas cuatro horas antes, en medio del tembladeral que generó internamente en el oficialismo la paliza electoral en Santa Fe, desató especulaciones y dejó a la vista la preocupación que surge en las filas kirchneristas a menos de un mes para las PASO.
Y empieza a tensar el clima interna en la coalición: el otro precandidato a presidente, Juan Grabois, se quejó del apoyo desigual que recibe su rival en la competencia y reclamó «fair play» (juego limpio).
Mientras públicamente en el oficialismo plantearon insólitas excusas para matizar el sabor amargo de una derrota por 35 puntos frente a Juntos por el Cambio en el tercer padrón más importante de la Argentina, la estrategia de cara a las PASO nacionales no es otra que redoblar la intensidad de lo que se intentó hasta el momento desde el cierre de listas.
Es decir, acentuar los acercamientos entre Massa y la vicepresidenta con el objetivo de garantizar el traslado del caudal de votos del núcleo duro kirchnerista, aunque eso luego condicione al tigrense en la búsqueda de un electorado independiente para las elecciones generales.
«La prioridad es hacer una PASO competitiva y sacar un buen resultado global, pero antes que en octubre primero hay que lograr que Sergio sea el candidato más votado«, explica un interlocutor de confianza del ministro de Economía dedicado de lleno a la campaña, pero que admite que internamente crece el temor a que un resultado adverso impacte en la economía después de las PASO y eso empantane el último tramo de la gestión.
La kirchnerización de Massa
Esa misma voz rechaza los cuestionamientos que se hacen desde los medios de comunicación a la “kirchnerización” de Massa. “No dejó de ser el jefe del Frente Renovador, pero ahora representa a todo el espacio, que tiene al kirchnerismo como un socio mayoritario, no se entienden las críticas”, expone.
En esa línea, en el kirchnerismo aseguran que ya «no hay dudas que la decisión (del espacio) es acompañar a Massa», como cabeza de una fórmula de unidad mayoritaria de UxP, pese a algunos gestos que tuvieron desde La Cámpora con Grabois, cuando Mayra Mendoza lo recibió en Quilmes, ó la recorrida que hará este jueves con el gobernador Axel Kicillof por Berisso.
Explican que se trata de postales motivadas por razones «más personales que políticas» y que los lineamientos de Cristina son claros: «El candidato es Massa«, reafirman.
La Vicepresidenta dio el primer paso al reforzar sus apariciones en actividades con el tigrense, advertida de las heridas que dejó el cierre de listas no tanto en la dirigencia política sino en la militancia: aunque las encuestas reflejaban baja expectativa de voto, la precandidatura de Eduardo «Wado» de Pedro había entusiasmado al núcleo más duro y su forzada declinación impactó fuerte en las filas camporistas.
Superado el mal trago, el ministro del Interior, hoy con el traje a tiempo completo de jefe de campaña de Massa, es el principal puente para que la ex mandataria se involucre más en la carrera rumbo al 13 de agosto, como le pidió Máximo Kirchner.
El titular del PJ bonaerense escuchó con atención los reclamos de los intendentes del Conurbano que, como contó Clarín días atrás, expusieron su preocupación porque los primeros números de Massa en sus distritos no difieren demasiado de los que tenía De Pedro.
Kicillof también sigue en alerta esos datos porque su imagen e intención de votos está incluso hasta ocho puntos por arriba de la fórmula presidencial.
En un contexto en el que el kirchnerismo sabe que no tiene margen para ahorrar energías en el territorio, en Unión por la Patria trazan una campaña con mucha más participación de Cristina en la recta final.
«Va a estar (presente) todo lo que sea necesario, siempre le puso el cuerpo a las difíciles y esta vez no va a ser la excepción. Es nuestra gran electora aunque la hayan proscripto y hay que hacerlo valer», enfatizó un dirigente de peso involucrado en la estrategia.
En ese sentido, los gestos de Cristina, al igual que los actos de inauguración y anuncios del Ejecutivo que por la veda se pudieron planear hasta este miércoles, son sólo para Massa. En el tramo final, se prevé que suba su exposición. «Al menos en dos actos por semana», pronosticó una fuente de la campaña.
En ese marco, surgen interrogantes respecto al clima de la interna. Hasta aquí no alcanzó los niveles de confrontación que se advirtieron en Juntos por el Cambio.
El clima interno y el reclamo de Grabois
Sin embargo, en las últimas horas -y tras el acto que compartieron Cristina y Massa en Ezeiza- Grabois salió a pegar duro. «¿Cuál es Massa? ¿El de la UCeDé? ¿El antikirchnerista? ¿O el Massa que ahora, a mí modo de ver un poco indignamente, anda pidiendo por favor a La Cámpora y a Cristina que lo levanten un poco a upa, porque tiene miedo si se van van dos ó tres puntos más conmigo? Es indigno, les pide ‘saquen este comunicado, esta foto’, etc. A mí no me gusta eso que hace», se quejó en LN+.
Envalentonado por el resultado que obtuvo Juan Monteverde, su candidato a la intendencia en Rosario, Grabois cuestionó la actitud de Massa pero también aprovechó para pedir un trato más equitativo en UxP: «Me parece que podría haber un poco más de fair play«, insistió.