Hubo que esperar mucho para que Josh, Dalton, Reani y alguien o algo más, volvieran. Hoy estrena La noche del demonio: La puerta roja, pero del terror que creó James Wan queda poco.
Para ver la saga ordenadamente, habría que empezar por la tercera (La noche del demonio: Capítulo 3, de 2015), luego la cuarta (La última llave, 2018), que son precuelas de la primera (La noche del demonio, 2010). Luego, hay que ver la segunda (La noche del demonio, Capítulo 2) y ahí sí, esta quinta La puerta roja, que se anuncia como el broche final. Pero, y cuando las sagas son exitosas, siempre hay un pero si se informa que termina, habrá un spin-off, un filme derivado: Thread: An Insidious Tale.
Igual, al comienzo de La puerta roja se explica -más o menos- en qué quedaron papá Josh (Patrick Wilson) y su hijo Dalton (Ty Simpkins). Los dos y mamá Reani (Rose Byrne) vuelven, pero diez años después, y Wilson esta vez también debuta como director.
O sea que no, no está James Wan (El conjuro) dirigiendo, como sí hizo en las dos primeras. Bueno, veamos qué ha aprendido Wilson tras esta saga y la de El conjuro, que también protagonizó.
Patrick Wilson, conducción
Por lo pronto, pone la cámara de manera extraña (encuadra una cruz en un cementerio, pero al revés, y la gira). Si quiere desnudar que estamos viendo una película es una buena opción. Pero así como empieza -patas para arriba-, seguirá cuando La puerta roja esté por terminar.
Es una suma de golpes de efecto, y de sonido -recuerden, los más temerosos, el consejo de ver las películas de terror, pero tapándose los oídos: no falla-, no demasiada sangre y un montón de lugares comunes al género.
Hay un personaje que no estará en el filme -de ahí la escena en el cementerio, pero no vamos a spoilear quién- y Dalton, ya mayorcito, parte rumbo a la Universidad, a estudiar Dibujo. Realmente tiene mano para el arte, pero no va que cuando la exigente profesora Armagan (Hiam Abbass, Marcia Roy en Succession) le pide que vaya a lo más profundo de sí, Dalton empieza a dibujar esa puerta roja del título.
Dalton no se lleva bien con su padre -no tiene que ver con que papá los amenazó de muerte con un martillo en el pasado; no-, que vemos que se ha divorciado de su madre. Bueno, cada uno en donde esté -Dalton, con su compañera de cuarto en la Universidad, y su padre en la casa de su madre-, comenzarán a experimentar cosas.
Cosas raras.
Dalton no recuerda lo que vivió cuando era niño, eso de que cayó en estado de coma y que las presencias malignas querían apoderarse de él, pero advierte que puede separar su cuerpo de su alma y, atormentado por sueños no menos extraños, hará lo que haya que hacer para descubrir el motivo de lo que lo perturba.
¿Por qué La puerta roja no funciona? O sea, ¿por qué no nos mete en su trama, nos infunde miedo, nos da ganas de seguir viéndola? Porque ni la historia es atrapante, ni los efectos son para asustarse, ni las actuaciones son creíbles.
Teníamos un tan buen recuerdo de Patrick Wilson delante de la cámara que preferimos quedarnos con él, y esperar al año que viene, cuando estrene la nueva de El conjuro: Last Rites, que aún no empezó a rodarse.
Y, por favor, que no la dirija.
«La noche del demonio: La puerta roja»
Regular
Terror. Estados Unidos, 2023. Título original: “Insidious: The Red Door”. 107’, SAM 13 R. De: Patrick Wilson. Con: Patrick Wilson, Rose Byrne, Ty Simpkins, Sinclair Daniels. Salas: Hoyts Abasto, Cinemark Palermo, Cinépolis Recoleta y Houssay, Showcase Belgrano.